lunes, 30 de julio de 2012

[LOVE] El Bruce Wayne de Nolan

* Aviso de Spoiler (Recomiendo haber visto la trilogía de Batman de Christopher Nolan).

Si habría que resaltar algo del cine comercial (las películas que abogan por ser superventas) de lo que llevamos de siglo, yo señalaría a este nuevo genero: el de los superhéroes y la búsqueda de lo épico.

Esta obsesión por rescatar a los superhéroes, y descubrir a aquellos menos conocidos por el público general pero encunmbrados por la cultura freak (las llamadas obras de culto), comenzaría con X-Men. Dirigida por el prometedor Bryan Singer (Sospechosos Habituales) supuso un cambio en la forma de mostrar al héroe, su historia, la historia que nos cuentan y... al villano. Ya no se trata del bien contra el mal, y de las cosas chulas que pueden hacer los buenos y los malos. La fiesta siguió con Spiderman, y Hollywood se rifaba los derechos de los personajes del caldo del cultivo del cómic: Marvel y DC. A las dignas primeras partes de X-Men y Spiderman le siguieron secuelas muy lejos de la dignidad, y les siguieron Hulk, Daredevil, Superman, Catwoman, The Punisher, Los 4 Fantásticos, Linterna Verde y la titánica saga de Los Vengadores (Capitán América, Ironman, Thor, otra vez Hulk...).


Pero dejando a un lado a los héroes de cómic, el fallido regreso de 'Star Wars' y el brutal éxito de la adaptación 'El Señor de los Anillos' o 'Harry Potter' ha alimentado otra obsesión: la épica fantástica y la épica a secas. Y esta obsesión no se ha limitado a la adaptación de libros y cómics independientes. Parece que ahora una película con un mínimo de acción no puede alcanzar el éxtasis sin una escena de cámara lenta bajo lluvia o nieve, o sin que haya una batalla a puño o espada, afectando hasta el criterio del propio Tim Burton con esa vacía 'Alicia en el País de las Maravillas'. Las Narnias, los Eragorns, las Caperucitas, las Blancanieves... Así es como se acaban reescribiendo cuentos populares (otro nuevo subgénero). Pero entre las desafortunadas secuelas, los estrepitosos fracasos y otros experimentos de dudosa naturaleza, se pueden salvar excepciones de películas que han sabido dar el tipo como adaptación de un cómic. Reinventar lo que ya está hecho parece ser el patrón actual. Pero no he venido aquí y ahora a hablar de estas enfermas tendencias hollywoodienses.


Entre tantos exceso gratuitos, un hombre (creo) encontró el equilibrio entre el héroe de cómic y la épica mediante un nuevo lenguaje de acción. Era otra película de Batman... ¿Batman? ¿Más Batman? Recordar a George Clooney con esa armadura vampírica con los pezones marcados aún me revuelve el estómago. Pero hablaban. Oh sí, hablaban y decían cosas bonicas sobre este nuevo Batman, el Batman de Nolan y Bale. Que era oscuro, pero no del tipo oscuro fantasioso de Burton, sino oscuro oscuro. Y vaya, Batman Begins también supuso un nuevo subgénero dentro del género: el de explorar los orígenes del mito.

Quizás lo que más me impactó, de primera, fue el reparto de oro de secundarios: Michael Caine, Morgan Freeman, Gary Oldman, Cillian Murphy, Tom Wilkinson y... Liam Neeson. Sólo por Liam, una película ya merece la pena, pero seamos objetivos. Joder, qué bien llevado ese origen hasta el momento en el que la sombra del mafioso Falcone iluma el cielo de Gotham. Se respetaba y se mimaba al Batman original de la nueva hornada de cómics de Frank Miller, pero con una historia propia para el cine. Era más que correcta.

Luego llegó 'El Caballero Oscuro', y creo que el objetivo principal fue dar verosimilitud al escenario. Ya no hablamos de profundizar en el héroe y el villano, sino de introducirlos en un escenario más próximo a la realidad. Batman no sólo tiene que preocuparse por el malo, sino del sistema (con sus corrupciones, sus opiniones públicas y sus conflictos de intereses). Y el malo lo sabe, y lo usa en su contra. Todo ello acompañado de un estado de tensión continuo (vaya banda sonora) acicalado con intensas escenas de acción. Esa es la razón por la que el nuevo Joker funcionaba y sorprendía en cada una de sus apariciones. Ni siquiera Nolan podría haber previsto una interpretación semejante de Heath Ledger, pero lo que si sabía es que el que generaría controversia entre público era el Joker. Cada vez qué aparecía, volvían dos preguntas a la cabeza (¿Cómo? y ¿Por qué?). La explicación del porqué apenas se clarificaba y el cómo (el origen de esa mente enferma) nunca se llegó a explicar. Eso, y su no eliminación, me daba esperanzas de saber más en el cierre de la trilogía.


Pero Heath Ledger murió. Y dando por seguro que Nolan iba a volver a usar el comodín del Joker, he valorado mucho que no decidiera seguir con el plan A,sustituyendo a Ledger por otro. Nolan tomó el plan B, y decidió rescatar a Liam (aplausos). Sí, en la tercera entrega vuelve la Liga de las Sombras, algo que creo que sí pertenecía al plan A. Aquí es cuando empiezo con mi teoría: El Joker habría tenido una relación con la Liga de las Sombras, dando a conocer sus tormentosos orígenes. Bane (un villano muy decente, que creo que está siendo excesivamente criticado) habría sido necesario para liberar a Joker (y de paso al Espantapájaros). Ergo el lógico sustituto de Joker, parece acabar siendo el personaje de Marion Cotillard, con su revelación sorpresa final en la película.


La película me ha gustado mucho, pero he denotado una serie de detallitos que me han decepcionado.

1) Digamos que en 'El Caballero Oscuro' había abierto una visión más internacional y realista del escenario creado. Que un chino se ponía chulo, el puto Batman le perseguía hasta Hong Kong y le cazaba. En Dark Night Rises se encierran por banda en Gotham (NY), cuando Bane, tomando el control de Wall Street lo único que hace es quitarle el dinero a Bruce Wayne. ¿Perdón? Puedes poner el mundo patas arribas controlando la bolsa internacional y ¿sólo arruinas a un multimillonario por despecho? ¿Acaso no era el objetivo de la Liga de las Sombras, sembrar el caos para purgar a la humanidad? ¿Por qué esa obsesión por Gotham? ¿Por qué? Perdemos la lógica, en pos del tópico del villano, y reducimos todo a esa ciudad. No lo acabo de entender.

2) Cuando unos cientos de policias se acercan casi desarmados a varios mercenarios con armas automáticas colocados en posiciones superiores, ¿por qué demonios iban a acribillarles a balazos, pudiendo correr hacia ellos y liarse a mamporros? Lo curioso es que esa escena me ha recordado a la recurrente batalla medieval que usan en todas las películas fantásticas de ahora. Braveheart y los elfos hicieron mucho daño.

3) ¿Morgan Freeman (Fox) no se había enfadado con Bruce en la segunda? Aquí vuelve a aparecer como si nada, rompiendo con la consecución argumental anterior. No explication over here.

4) Joseph Gordon-Levitt. Lo siento, a mí me aburre. Me resulta cargante su predisposición a todo. Desde luego cumple con la expectativas de putita que tiene el personaje de Robin, a modo de mofa. Me sobra. Mucho mejor la incorporación de Hathaway.


5) Como dije antes, falta Joker. Aunque me contentó la breve aparición de Liam.

6) Una serie de tópicos tipo Jungla de Cristal: Una bomba nuclear (vamos, no me jodas), el previsible final (en cuanto a lo que Bruce Wayne se refiere), soy el bueno y me las follo a todas, o la ridícula muerte del malo.

7) Siguiendo con la razón nº 1, los malos carecen de un verdadero fin, más allá de la ¿venganza?

Disculpen la simplicidad del análisis de esta entrada.