jueves, 29 de agosto de 2013

[LOVE] Antología del apocalipsis zombi (De la A al fenómeno "Z")


Encontrar un rato para escribir es tan difícil como encontrar las ganas. Y hace mucho tiempo que no he conseguido una sincronización astral que coordinara ambos elementos. Pero como suele ocurrir: chico conoce libro, libro reabre la fascinación de chico por género, chico reflexiona sobre el impacto global de género, chico recomienda fervientemente libro... El caso es que antes de nada, pido perdón por la extensión de esta entrada, creo que con el tiempo me he sobreentusiasmado y se me ha ido la pinza, pero podéis culparle al libro en cuestión.

La criatura en cuestión es Guerra Mundial Z (novela en la que me centraré más adelante), y vengo a hablaros, oh lectores inexistentes, de la concepción y el éxito de la temática zombi. Inicio este debate cerrado para con mis divagaciones friki-demenciales con la siguiente pregunta: ¿en qué momento pasaron los zombis de ser se un elemento cutre del cine de terror B, a un fenómeno de masas cuyas realidades alternativas resultan tan impactantemente crudas y cercanas?

A continuación daré comienzo con una pequeña recopilación de obras (cine, novela, cómic, videojuego, incluso música) que han tratado la temática zombi y cómo la han tratado. Dejen de un lado los prejuicios de lo que se ha considerado bueno o malo, aquí sólo hay un referente: el muerto viviente. Espero que los que sientan apego por los cuerpos descompuestos, la violencia más gore y el humor más negro, lo disfruten.



ORIGEN E INICIOS: LA ETAPA PRE-ZOMBI

Empecemos con lo básico, ¿de donde proviene la concepción de "zombi"? Pues bien, etimológicamente, "zombi" está en origen vinculado a la religión vudú, concretamente a la resurrección de los muertos auspiciada por hechizeros para someterlos a su voluntad. Si bien, el concepto original se encontraba ligado a la dualidad del alma (el alma sin cuerpo y el cuerpo sin alma), la esclavitud forjó en estas sociedades, una vinculación del zombi al hombre "muerto en vida" (el esclavo), ya que los muertos resucitados recibían las órdenes del hechizero. Otros vinculan esta relación de sometimiento con el Golem del judaísmo, la figura de barro que cobraba vida y cumplían las órdenes que le eran escritas en papel. Sin embargo, el término "zombi" como tal, nace en Haití como una derivación de lenguas africanas. Y es que el miedo a la esclavitud y todas sus consecuencias quedó unido al vudú y se acentuó al cruzar el charco.

Es a partir del vudú refundado en Haití por contacto con el cristianismo, cuando el "zombi" se asocia más al cuerpo sin alma y no al alma sin cuerpo (lo que sería propiamente un espíritu o fantasma). Y aunque el zombi ya tenía determinada notoriedad, desde los siglos XVII y XIX, con crónicas de viajeros a lo largo de Suramérica (donde la muerte siempre ha suscitado cierta veneración), fue el misticismo de la magia vudú y el miedo que propagaba, lo que acabó desembocando en el imaginario colectivo estadounidense la concepción actual de zombi, al contactar con ella a lo largo del siglo XX.
A partir de ahí, cine, relatos, cómics, etc., empezaron a introducir el zombi como elementos de terror, tergiversando o "barriendo para casa" las caracterísiticas y los ambientes en los que se desenvolvían.

Partimos en el cine con una concepción muy cercana a sus orígenes: muertos que son devueltos a la vida para trabajar como esclavos. La primera película que incluye a los muertos vivientes es White Zombie ("La legión de los hombres sin alma" - 1932) *[añadamos que en este caso la traducción del título al español es encomiable]. En ella, un recientemente vampiresco Bela Lugosi, se enfrentará a una horda de haitianos levantados de su descanso eterno por un brujo. Coloquen una estrellita a esta por ser la ópera prima del zombi en el cine.


A lo largo de los siguientes años, esto es lo que serán los zombis: muertos andantes, señores pálidos (cuando no eran negros) con colorete oscuro en los ojos y una pintoresca forma de andar por la que podrian haber recibido una beca especial del Ministerio de Andares Tontos. Haití será mayoritariamente el escenario de estas películas, y el vudú su detonante. Los siguientes son clásicos de un género al me voy a referir como "pre-zombi", antes de lo que denomino "la explosión Romero" (pero no nos adelantemos):
  • The Walking Dead ("Los muertos andan" - 1936), dirigida por Michael Curtiz.
  • King of the Zombies ("El rey de los zombies" - 1941)
  • Dead Men Walk ("Los muertos andan" - 1943), sí; la titularon igual que la de Curtiz, con dos cojones.
  • I Walked with a Zombie ("Yo dormí con un fantasma" / "Yo anduve con un zombie" - 1943), que tuvo gran repercusión como película de culto años después. En este caso, los traductores habían ido a aprender inglés a Malta. Sin duda el título más reseñable de la década de los 40.
  • Revenge of the Zombies (1943), primer referente al universo de zombis nazis, que irá adquiriendo atractivo con los años.
  • Zombies on Broadway ("Zombies en Broadway" - 1945), la primera versión satírica del mundo de los no-muertos con cameo de Bela Lugosi incluido.
  • Scared Stiff ("Una herencia de muerte" - 1953), comedia propiamente dicha en la que Dean Martin y Jerry Lewis acompañan a una joven que hereda un castillo habitado por fantasmas y muertos vivientes. Quizás la película más llamativa de zombis no-espaciales de los 50, por su tratamiento de los muertos vivientes a pesar de ser una comedia.
  • Voodoo Island ("Isla de sortilegio" - 1957), cine B en toda su expresión.
  • Zombies of Mora Tau (1957), 69 minutazos de ogros andantes.


El cine de terror de la primera mitad del siglo XX se nutrió de estos zombis, que salían de sus tumbas para vengarse de los vivos. No había razones claras, ni explicaciones lógicas: magia negra, maldiciones, Satanás. No hacía falta más, eran tíos muertos que andaban. Sin mostrar carnicerías, sangre, ni canibalismo, el zombi se convierte en otro agente conductor de pesadillas después del vampiro. No se dudó en tomar a los muertos milenarios por antonomasia y traer de entre los muertos a las momias egipcias, ni tampoco en retomar otros referentes como el monstruo de Frankestein; y aunque no entra estrictamente dentro del género zombi o superhéroes, también se hicieron muchas películas sobre Jesucristo y su resurrección en la época del Frente Popular de Judea.



Sin embargo, la incipiente explosión de la ciencia ficción propiciada por la carrera espacial contra la Union Soviética, también dejó notarse en el género pre-zombi con películas como Zombies of the Stratosphere (1952) con un joven Leonard Nimoy como un marciano que ayuda a la humanidad a luchar contra una raza de zombis, o "La invasión de los ladrones de cuerpos" (1956) que, sin tratar puramente de zombis, sí que introduce un mundo deshumanizado de cuerpos con mentes huecas que están en contra de los aún-humanos. Pero habría que destacar Invisible Invaders ("Invasores Invisibles" - 1959): una invasión extraterrestre reanima a una legión de cadáveres humanos para que ataquen a los vivos, siendo probablemente uno de los primeros antecedentes (por sus características) de lo que serán los "zombis modernos", dejando atrás al pre-zombi, a Haití y al vudú (aunque estos elementos serán rescatados numerosas veces).
Sí que hubo algún último espasmo más que digno de la etapa pre-zombi, como La maldición de los zombies (The Plague of the Zombies - 1966), dirigida por John Gilling diríamos que es la última perla "pre-Romero".
Y añadiría de los 60, uno de los títulos que mejor podría definir la fusión de serie B de zombis y ciencia-ficción: The Astro-Zombies (1968) que rozó plenamente el patetismo (aunque hoy al B se le llame "culto", ya saben, demasiado vintage).


LA "EXPLOSIÓN ROMERO"

Y llega "el amanecer de los no-muertos", para quede en consonancia con la obra del personaje. Y es que previa y posteriormente a este nuevo escenario de muertos vivientes destacó el que acaba siendo considerado "padre del arquetipo zombi" en la cultura popular: George A. Romero. El gran pelotazo, "La noche de los muertos vivientes", fue escrita y dirigida por él en 1968, e introduce elementos que hacen madurar al cine de terror en general, y a los zombis en particular. Esta vez, se introduce la concepción de pandemia, zombies más espabilados convertidos en caníbales descontrolados y sedientos de sangre... Pero además, las películas de Mr. Romero insinuaban una ácida crítica social hacia una cultura cada vez más deshumanizada: "los verdaderos malos son los vivos, y no los muertos". La guerra de Vietnam, el asesinato de Martin Luther King, la guerra Fría en general... Muchos elementos icónicos podrían atribuirse a Night of the Living Dead o su secuela Dawn of the Dead ("Zombi"- 1978), pero sin duda estableció los grandes pilares en los que se iban a apoyar las nuevos universos zombis que habrían de llegar.


Voy a hacer un alto kit-kat() quizás demasiado brusco: definamos las características y los orígenes que el zombi moderno adoptará a partir de La noche de los muertos vivientes y que abarca las obras que a partir de entonces aparecerán y que están vinculadas a los zombis y un hipotético apocalipsis causado por ellos. Por supuesto, no constituyen ni mucho menos unas supuestas reglas a seguir al realizar obras con zombis. De ser así, no habríamos conocido algunas perspectivas muy interesantes del género.

CARATERÍSTICAS DEL ZOMBI MODERNO

  1. El zombi se alimenta de carne fresca de vivos o de cadáveres recientes (en algunos escenarios, los zombis se alimentan exclusivamente de humanos [ignoran a los animales], o exclusivamente de cerebros humanos).
  2. Los zombis no se alimentan ni beben nada que no sea carne, seso, entresijo, molleja, riñoncetes, piel, viscerillas, globos oculares, hueso o sangre. No, aún no hay zombis veganos, aunque sería interesante que incluyeran el concepto en alguna parodia (sin contar con Memorias de un zombi adolescente, que el muchacho deja de comer humanos por amor).
  3. El zombi distingue a otros zombis y, al igual que los antindisturbios, nunca ataca a un compañero (salvo que se interponga entre él y su comida).
  4. Por lo general, los zombis no demuestran ningún tipo de raciocinio, sentimiento o recuerdo de su "vida". Pero existen excepciones; en algunos filmes, los zombis suelen frecuentar la zona en la que vivían y a veces, muestran rastros o espasmos de su vida humana. Sin embargo, estas excepciones que nos ha mostrado el cine más gore, aunque muestran rastros de intelectualidad, son incapaces de hablar en forma articulada.
  5. No existe un periodo de tiempo exacto para el trance de conversión de un infectado. Por lo general, en numerosas obras de ficción zombi, depende del lugar de la mordedura. Si te muerden en la mano, la infección puede tardar unas 24 horas para transformarte en zombi, pero si te muerden en el cuello, puedes ponerte a sorber sesos en cuestión de minutos o segundos.
  6. En su primera etapa de reanimación se muestran débiles y desorientados. En algunos filmes, a medida que pasa el tiempo su fuerza va aumentando, pudiendo abrir en canal a un ser humano solo con las manos. En otras fuentes, el paso del tiempo resulta letal para los zombis, debido a la descomposición y putrefacción que los ralentiza y desmembra. En algunos casos, la pérdida total de tejidos por parte de los muertos vivientes parece ser la única solución para un apocalipsis zombi.
  7. La reanimación, originariamente sólo afecta a seres humanos. Posteriormente, hemos visto obras con perros, cuervos y toda clase de animales zombis. Recordemos la saga de Resident Evil, la expansión Undead Nightmare del videojuego Red Dead Redeamption, e incluyamos las escalofriantes hordas de animales árticos muertos de "Los Otros" de las novelas de Canción de Hielo y Fuego (sí, Jon Nieve, reconoce que te haces caquita).
  8. Por norma general, se produce el fallecimiento de un infectado antes de la reanimación, conversión o transformación. La muerte suele estar provocada por la infección del mismo virus que posteriormente desencadena la reanimación, aunque en ocasiones la muerte es directamente provocada por las duras lesiones ocasionadas por múltiples mordeduras (si es que los zombis no se te comen entero).
  9. Aunque los zombis se encuentran clinicamente muertos, los mueve un reminiscente de actividad nerviosa en el bulbo raquídeo y el cerebelo que activa los instintos básicos y regula los fluidos. Las estructuras celulares parecen mostrarse inalterables en largos periodos de tiempo.
  10. En el caso de zombis originados por mutaciones genéticas, podemos asistir a otros tipos de zombis; supermonstruos musculados sangrientos, alimañas viscerales con dientes afilados. No soy fan de estas vertientes del género zombi, que parecen necesitar "algo más" que simple hordas de revividos; véase Resident Evil: Apocalipsis, Soy Leyenda o léase El pasaje (Justin Cronin) [aunque en este último no sabemos si hablamos de zombis, vampiros o simplemente monstruos de mentes perversas].
  11. ¿Hasta dónde morder? Aquí existe una curiosa dualidad y no hay un patrón común. En algunas obras, los zombis comen hasta que la víctima muere; en otras (las más gores), no hay tregua, los zombis devoran todas la carne no zombi que pillan: si te cazan, sólo te dejan los huesos; y finalmente hay historias de zombis que son resultado de virus, en los que el factor inicial es la propagación y los infectados no atienden al hambre si no a morder y multiplicar el virus a todo vivo que pillen.


Tras Zombi, George A. Romero, aunque siempre vinculado al cine de terror y al género zombi, cerró su trilogía con El día de los muertos (Day of the Dead - 1985), no sin antes bailar con la comedia en Creepshow (1982): sátira del zombi basada en historiestas de E.C. Comics (posterior revista Mad), escrita por Stephen King, e interpretada por Leslie Nielsen, Ted Danson o Ed Harris entre otros.

Comienza, desde mi opinión, una etapa de declive en los 70 y especialmente en los 80, en la cuál los zombis sencillamente dejaron de dar miedo, por así decirlo. Una panda de tios cojeando y gimiendo como octogenarios en la consulta del médico de familia clamando por sus recetas... Mi madre cuando madruga, sin ir más lejos, acojona mucho más.
Dentro del puro género de terror, se habían visto sobrepasados por la nueva ola de suspense y terror dentro de la ciencia ficción (Alien, en su más claro ejemplo). Lo desconocido, lo incontrolable, y lo más importante: una explicación lógica devastadora y terrible que minaba las aspiraciones de supervivencia.

Diría que el tema zombi se torció, durante esta época, al gore visceral con un carácter más desagradable que terrorífico (una época dorada, por cierto, para las casquerías y los grandes fabricantes de mermeladas rojas). Hay que destacar que estos años, no sólo se encauza el cine B americano, en Italia no quisieron los "Spaguetti Western" sin tener lo propio con los "Spaghetti Zombies". Pero es que con el ketchup, las mollejas de pollo y los riñones de vaca, la cosa derivó en cutrismo sangriento a más no poder. Un género dentro del terror, en el que según Pedro Piqueras: "a parte de vísceras, sangre y destrucción, no cabía lugar para un buen guión". El zombi se convierte en otro disfraz más para la fiesta de Halloween, patrocinado por Thriller de Michael Jackson.



SPAGHETTI ZOMBIES

Hubo una generación gloriosa de carniceros y charcuteros italianos que hartos de partir piezas de carne y servir sorpressata y prosciutto en lonchas, decidieron dejar cuchillos y machetes en las tablas de cortar para ponerse detrás de las cámaras y transmitir su arte. Estas enjutas mentes capaces de masturbarse con los ríos de sangre del hotel de El Resplandor, disfrutaron como enanos en cutre-producciones de zombis, obteniendo el lienzo perfecto para sus festivales sangrientos de cuerpos mutilados, caras sin piel, cuencas vacías de retina, páncreas saltarines y torsos desmembrados bailando reggeaton del duro. Todo ello acompañado de unas cuantas buenas raciones de tetas y genitales desconocedores de la depilación brasileña.

Pero el iniciador de la sangría a la boloñesa sí que era un director de oficio: Lucio Fulci; el cuál orquestó una supuesta secuela de Dawn of the Dead (que ya era como tal la secuela de Romero de su opera prima La Noche de los Muertos Vivientes), y se tituló como Zombi 2 (1979), ya que al igual que en España, Dawn of the Dead se tituló como Zombi. Pues bien, ya conocemos la particularidad del español en menester de títular obras de ficción, y aquí debieron pensar que llamar Zombi 2 a la secuela de Zombi , cuyo título original era El Amanecer de los Muertos, era un trabajo demasiado fácil y vulgar; por lo que, parafraseando a Viggo Mortensen en la presentación de Alatriste y llamando a la película de Fulci "Nueva York bajo el terror de los zombis", no queda más que añadir que: "¡Con dos cojones!".



Lo mejor del título y el cartel es que son jodidos spoilers como casas, al estilo de la versión portuguesa de El Planeta de los Simios; y es que Nueva York sólo se sugiere al final de la historia, sin aparecer en practicamente ningún fotograma de la película, ya que el resto se desarrolla en la típica isla caribeña. Sin ir más lejos, esta película puede tratarse con cierta dignidad, cosa que no puede decirse de sus predecesoras en el subgénero.

Ese mismo año se estaba perpetrando una producción que sólo puede clasificarse como porno-gore. Atención, sinopsis: un monstruo mutante zombi con un miembro descomunal se dedica a matar varones y a violar hasta el gozo extremo a las mujeres de una isla lejana. Dirigida por el fructífero director de terror y pornográfico (ahora le dicen "director de culto") Joe D'Amato, no se puede añadir mucho más a Las Noches Eróticas de los Muertos Vivientes (Le Notti Erotiche dei Morti Viventi - 1980), basta con conceptualizar a un rabo colorado enorme y unas cuantas mujeres desnudas en una playa para hacerse una idea de la calidad de la cinta.


No vamos a seguir adentrándonos tan concienzudamente en el subgénero; bastará con citar brevemente a otros superclásicos que pecaban de grandes desórdenes narrativos pero que gozaban de grandes cantidades de sangre y maquillaje:
  • Non si deve profanare il sonno dei morti ("No profanar el sueño de los muertos" - 1974), coproducción italo-española dirigida por Jorge Grau, con una fuerte crítica medioambiental en el que los zombis son las respuesta destructiva del hombre ante la contaminación.
  • Zombi Holocaust ("Zombi Holocausto" - 1980), fusión con otro subgénero (el terror caníbal), que nos da una idea aproximada del contenido tan agradable de las imágenes aquí contenidas.
  • Incubo sulla Città Contaminata ("La Invasión de los Zombies Atómicos" - 1980), como todo el mundo sabe, una contaminación radiactiva te convierte en un zombi devorador de carne...
  •  Paura nella Città dei Morti Viventi ("Miedo en la Ciudad de los Muertos Vivientes" - 1981), brote de muertos vivientes fresquitos recién emergidos del cementerio rodado por Lucio Fulci.
  •  ...E tu vivrai nel terrore! (L'aldilà) ("El Más Allá" / "The Beyond" - 1981), las puertas del más allá estaban ocultas debajo de un hostal italiano y nosotros sin saberlo. Lucio Fulci, (habitual el romano en esto de los zombis) también dirige esta historia sobre las puertas del infierno custodiadas por muertos vivientes.
  • Zeder o Zeder: Voci dal Buio ("Zeder: Revenge of the Dead" - 1983), bajo la dirección de  Pupi Avati tenemos una de las ideas más originales y decentemente ejecutadas del spaguetti zombi: una máquina de escribir antigua contiene textos de un científico llamado Zeder con teorías para revivir a los muertos y las coordenadas de un yacimiento arqueológico...
  • Saga Demons o Dèmoni ("Demonios" - 1985), tras la primera y la segunda (1986) de Lamberto bava, ambas medianamente digeribles, en 1991 podemos tener en consideración el último coletazo del spaghetti zombi con Demoni 3 de un Umberto Lenzi que se adhirió a la saga así por que sí, con un bodrio lamentable de sangre, estudiantes y vudú sin razón.
  • Dellamorte Dellamore ("Mi novia es un zombie" / "Cemetery Man" - 1994), excepción que se aleja del spaguetti, y una aceptable película italiana con pésimo título español, que se centra en un cuidador de cementerio que deberá salvar el mundo cuando los muertos se levantan. Todo ello mostrado con gran ambigüedad y metáforas de quijotización, que pueden hacer sudar al espectador.


ZOMBIS TEMPLARIOS

También en España tuvimos nuestra propia fiebre zombi en los 70. Sólo que en vez de repetir la fórmula isla, cementerios y vudú, aquí se tiró de tumbas de caballeros templarios (cuanto menos curioso) y en vez de zombis habría que hablar de esqueletos con cota de malla, esos monstruos tan ligados a los guardianes de las catacumbas de la mitología nórdica. El nombre con mayúsculas del subgénero de zombis templarios es Amando de Ossorio, el representante gallego del "fantaterror" que trajo cuatro películas capaces de crear un nexo de unión entre Rosalía de Castro y Lovecraft, George A. Romero y el folklore de la morriña gallega y el saudade portugués, y el destape de los bingueros con finas críticas sociales. A continuación, la tetralogía templaria de Ossorio y otros filmes españoles dedicados al zombi:
  • Tetralogía Templaria de Ossorio o "Saga de los Muertos Ciegos":
    • La Noche del Terror Ciego (1972): celos, redención y tumbas centenerias de una abadía cercana a Lisboa se juntan en la primera parte del cuarteto.
    • El Ataque de los Muertos Sin Ojos (1973): esta vez es una catedral, y los que vienen son un grupo de templarios ejecutados por cometer sacrificios humanos que vuelven a la vida para vengarse.
    • El Buque Maldito (1974): los zombis templarios adoradores de Satán trasladan su acción a altamar y nos deleitan con la muerte de Bárbara Rey.
    • La Noche de las Gaviotas (1975): el último golpe sangriento de los caballeros templarios tiene lugar en un pueblo pesquero... No more comments...
  • La Rebelión de las Muertas (1972): película made in Spain firmada por León Klimovsky (prolífico director argentino de spaghetti westerns, terror y otras películas), en el que se combinan las fuerzas del vudú con las de la magia hindú.
  • El Espanto surge de la Tumba (1973): dirigida por Carlos Aured, tiene un título bastante explícito en relación a la línea argumental.



ZOMBIS NAZIS

Mención especial para el club más detestado de seres humanos vivos, cuyas azañas en vida fueron recompensadas con la muerte y la derrota. Sin embargo, alguien pensó que no era suficiente con la derrota: "¡Devolvámoslos a la vida y rematemos a esos cabrones!", debió gritar algún exaltado veterano de guerra afín a unos estudios de cine; y el guionista de turno se apuntó la idea en un "porsiacaso".

Como vimos antes, el primer atentado de esta "nefasta pero extrañamente no demasiado descabellada" idea fue Revenge of the Zombies (1943) y ni siquiera habían dejado terminar la guerra para revivir a los nazis. Dejando templar las aguas, en los 70 se rescata el subgénero con Shock Waves ("Terror en las Aguas" - 1977), rescatando también a John Carradine de la primera junto a un comandante nazi (Peter Cushing) que ocultaba en una isla un batallón de zombis nazis buceadores.

Si bien no fueron películas demasiado dignas, los franceses quisieron llegar pisando fuerte para que a nadie se le ocurriera hacer cine sobre esta temática en una temporada. Como antecedente, Jean Rollin, un especialista en fábulas de vampiras lesbianas. El resultado: Le Lac des Morts Vivants ("El Lago de los Muertos Vivientes" / "Zombie Lake" - 1981), unos soldados alemanes de la II Guerra Mundial fueron sacrificados y tirados a un lago; ¿adivináis que ocurre unos años después?

28 años después [gag gratuito] y desde Noruega, que también sufrieron la ocupación del III Reich, decidieron rescatar a los zombis nazis sin más rodeos. Død snø ("Zombis Nazis" / "Dead Snow" - 2009) es un homenaje al gore zombi tradicional a medio camino entre el terror y el humor negro, en el que unos snowboarders se topan en la nieve con unos nazis no-muertos a los que hay que machacar para sobrevivir. Por cierto, tenemos secuela de gran escala para 2014: Dead Snow: War of the Dead.


Los desarrolladores de Treyarch debieron intuir el potencial de los zombis, y más concretamente el de matar zombis nazis, al incluir el modo de juego "Zombi" en la saga de oro de Activision Call of Duty, más concretamente en la serie Black Ops. En Call of Duty: Black Ops (2010) podíamos jugar a sobrevivir el mayor tiempo posible antes una consecución de oleadas de zombis nazis y pastores alemanes mutantes. Autentica tensión gamer, que personalmente me resultó adictiva.



OTRAS OBRAS "Z" MODERNAS

Sin llegar a entrar en la nueva etapa de furor zombi que estamos viviendo en nuestros días, hay que destacar otras películas (sobretodo comedias gore) y demás obras que se han ido quedando por el camino entre los 70 y los 90.

  •  The Omega Man ("El Último Hombre... Vivo" - 1971), Charlton Heston es el último hombre vivo, o al menos eso creía en esta versión de The Last Man on Earth ("El Último Hombre sobre la Tierra" - 1964) y basada en la novela I am Legend ("Soy Leyenda" - Richard Matheson - 1954). Técnicamente no podríamos llamar "zombis" a las criaturas en que se han convertido los seres humanos infectados por la epidemia causada por una guerra bacteriológica entre Rusia y China, pero una cosa es segura, tienen las mismas ganas de acabar con los humanos. Recordemos un pequeño homenaje a esta película en el mini-capítulo The HΩmega Man de "La Cása-Árbol del Terror VIII" (1997), Los Simpsons.
  • Children Shouldn't Play with Dead Things ("Niños, No Jueguen con Cosas Muertas" - 1973), con un presupuesto limitadísimo, Bob Clark sacó adelante esta película con unos zombis bastante decentes, si bien el guión no era para tirar cohetes.
  • Evil Dead ("Posesión infernal" - 1981), comienza la trilogía gore-terrorífica de Sam Raimi, que sin ser propiamente películas de zombis, se recurre con frecuencia a muertos vivientes y batallones de esqueletos como los antes mencionados caballeros templarios. Bruce Campbell tendrá que poner en vereda a una panda de demonios poseedores de cadáveres.
  • The Return of the Living Dead ("El Regreso de los Muertos Vivientes" - 1985), homenaje en clave de humor de los clásicos zombi de Romero. Un clásico ochentero por méritos propios con unos característico efectos especiales tradicionales.
  • Lifeforce ("Lifeforce: Fuerza Vital" - 1985), a parte de deleitar a muchos con unos de los pechos más bonitos visualizados en el cine (Mathilda May), esta producción británica nos dejaba un guión imaginativo de ciencia-ficción de terror en el que unos vampiros espaciales ocultos tras el cometa Halley convertían en zombis a medio Londres con su consecuente epidemia de caos.
  • Re-Animator (1985), otra mención obligada, ya que a pesar de sus infames secuelas (española incluida), el paso del tiempo ha colocado a esta historia de típico científico loco que revive a los muertos, en un estandarte del hall de culto. La historia sería típico si no estuviera basada en uno de los relatos de H.P. Lovecraft.
  • Zombi (1986). Es curioso destacar que el primer videojuego de la conocida desarrolladora Ubisoft fue un juego de acción-aventura basado en Dawn of the Dead de George A. Romero. Su acertado acercamiento a la atmósfera zombi fue un hito para la época videojueguil, lo que supuso un empuje al prometedor futuro de Ubisoft.

  • Evil Dead II ("Terroríficamente Muertos" - 1987), la secuela de Evil Dead evoluciona a una comedia de terror fantástica que lo tiene todo: posesiones, exorcismos, demonios, una cabaña encantada, zombis... Eso, zombis. Por eso está en esta lista. Por eso, y porque me parece una genialidad.
  • The Serpent and the Rainbow ("La Serpiente y el Arco Iris" - 1988), renacimiento del zombi vudú de la mano de Wes Craven con Bill Pullman de protagonista. Seguramente la película de zombis más interesante y seriamente realizada de los 80, dentro del propio género de terror.
 
  • Redneck Zombies ("Zombies Paletos" - 1989), cine de género B de pura cepa llevado a cabo por la compañía independiente Troma Entertainment, acaparadora de cualquier película que necesitara el uso de más de 100 litros de sangre falsa para su rodaje. El título describe plenamente el contenido.
  • Army of Darkness ("El Ejército de las Tinieblas" - 1992), Sam Raimi cierra de la trilogía Evil Dead, prescindiendo del título "Evil Dead 3". No sé si por eso es quizá la mejor de las tres en mi opinión. Esta vez Ash (no Ash Ketchup, sino Bruce Campbell) es teletransportado en el tiempo a la Edad Media para ayudar a combatir a la fuerzas del mal, tirando al suelo las alabardas de los caballeros para entregarles escopetas y rifles. 
  • Braindead ("Braindead: tu madre se ha comido a mi perro" - 1992), la etapa gore New Zealand de Peter Jackson se puede dar por concluida con este festival radical de la tomatina. Y es que al bueno de Peter le gusta despedirse a lo grande, y permitiéndose lindezas, como hacer referencia a sus pasiones. Claro ejemplo es el mono rata portador del virus zombi que desencadena esta violenta matanza extrema, ya que proviene de Skull Island, la isla del todopoderos King Kong. Dejar títere con cabeza es literalmente imposible en Braindead, después de que la madre del protagonista sea mordida por el monito y empiece a devorar y a convertir en zombi a todo el vecindario. Un auténtico homenaje a las casquerías de Nueva Zelanda en escenas con intestinos colgando, cuerpos devorados hasta los huesos, cráneos aplastados y bebés zombis que son pasados por la Minipimer tras comerse a alguien desde dentro y salirle por la cabeza abriendola por la mitad. Océanos de hemoglobina. Oh, Peter... ¿Qué te hicieron de pequeño?


EL RENACIMIENTO ZOMBI: LA NUEVA OLA

Intentaré hacer un seguimiento cronológico, aunque será inevitable hacer paradas más amplias en determinadas obras. Pasemos pues a analizar esta fiebre zombi de crecimiento exponencial que estamos reviviendo en dos últimas décadas, y en especial en los últimos años. Multipliquen la cantidad de obras por 5 para hacerse una idea de la masa que tratamos, sólo que 4 de cada 5, suelen ser basura.
 
Vamos allá.

Desde mi punto de vista, el renacimiento del género zombi no viene de la mano de una película o un libro, si no de un videojuego. En 1996 los japoneses de Capcom desarrollaban Resident Evil, poniendo los cojones sobre la mesa para ponérselos de pajarita a todo el que probara esta aventura gráfica de madrugada con las luces apagadas, y ya de paso, mostrando el potencial de los autores japoneses para el terror. Como un policía de las fuerzas S.T.A.R.S. de Raccoon City, te ves envuelto en una oleada de violencia originada por la propagación del virus T (propiedad de la multinacional de dudosas intenciones 'Umbrella'), que produce la muerte de los contagiados y a continuación la reanimación del instinto más básico del cuerpo: jalar cerebro y chicha cruda recién mordisqueada. Destaco el RE 2, con el que me lo pasé pipa en su día.


Como uno de los mayores éxitos de la industria del videojuego, imponiéndose como un nuevo género videojueguil (el survival horror, aunque ya lo pasáramos canutas anteriormente con la saga Doom o yo personalmente con la saga de Turok), y con numerosas secuelas y adaptaciones a distintas plataformas, Resident Evil pasó también a convertirse en una franquicia generadora de miles de millones de dólares, euros y yenes, pasando de los píxeles al cine, a la televisión, a la animación, al cortometraje, a la novela y al cómic manga.
La mediocre saga cinematográfica tiene un nombre propio: Milla Jovovich, que ha protagonizado las cinco películas ya estrenadas y prepara la siguiente para 2014. Pudimos ver el personaje de Alice por primera vez en 2002 (Resident Evil), la primera adaptación que mostraba el origen del brote del virus T situándose cronológicamente antes del primer videojuego. Tanto las películas, como los videojuegos han ido derivando (y degenerando) líbremente hacia el terreno que han querido o les ha convenido. Así el survival horror que hacía que te comieras las uñas ha acabado convirtiéndose, salvo excepciones, en shooters de acción en el que los zombies sólo son objetivos a los que llenar de plomo.


Sin embargo, el verdadero referente del cine zombi en 2002 llegaría de la mano de Danny Boyle con 28 Days Later ("28 Días Después" - 2002), revolucionando las escenas de desesperación y horror con sus infectados (que no zombis) supinadores de algún virus mutante de Usain Bolt. Esta vez correr no es suficiente para escapar, hay que luchar. ¿Pero quién es el enemigo? ¿Los supervivientes o los infectados de la nueva rabia? Cillian Murphy tuvo que perder parte de su humanidad para enfrentarse a esta pregunta. Vaciar el centro de Londres para rodar esta genialidad mereció la pena.

 


Más adelante veremos que Boyle no fue el único en romper la regla de los zombis lentos. Siguiendo la estela de la cifra 28, Juan Carlos Fresnadillo, producto nacional, llevaría la batuta en la secuela 28 Weeks Later ("28 Semanas Después" - 2007), donde un personaje bastante menos carismático y atormentado (Robert Carlyle, el hombre que se apunta a todas las series de ciencia-ficción que pilla) la caga a base de bien y provoca que el brote vuelva a renacer y traspase en última instancia el canal de la Mancha. Si bien no fue equiparable a la original, tampoco desmerece el universo creado. Y aunque los resultado no fueron malos, no ha sido suficiente para juntar las cartas necesarias para una hipotética 28 Months Later. Todos los rumores han ido apuntando a que por el momento no existe guión, ni acuerdo posible para arrancar el citado proyecto.



Antes y después de estos dos grandes referentes, proliferaron una masa indeterminada de bodrios facturados en diferentes países. Hubo mucho terror adolescente americano de guiones planos que salieron por la culata, no sólo en zombis sino en remakes de terror en general, al igual que parodias y comedias muy mal ejecutadas, de entre la que me gustaría citar una que en vez de plantear un terror falsete, optaron directamente por el cachondeo. En Idle Hands ("El Diablo Metió la Mano" -1999), el tío más vago del planeta es maldecido por el mísmismo Belcebú, que toma el control de su mano derecha para hacer el mal. Entre sus fechorías, matar a medias a sus dos mejores amigos. A medias, porque quedan a medio camino del mundo de los muertos como unos zombis juerguistas adictos a México (por los burritos y la marijuana, ya saben). Me gusta pensar que han podido resultar inspiradores para algunas buenas comedias y parodias de zombis que vinieron más adelante.


Quizás de entre toda esta maraña de experimentos fracasados en el primer empujón que pegó Resident Evil, cabría destacar una humilde película británica (Andrew Parkinson: director, productor, montador, compositor, iluminador...) que marca un punto de vista muy peculiar. En I, Zombie: The Chronicles of Pain ("Yo, Zombie" - 1998), un hombre urbano contemporáneo normal y corriente resulta infectado y es convertido en zombi en una fase inicial de pandemia. A partir de entonces, incapaz de evitar su nueva condición, se dedica a vagar por los campos en busca de carne humana, reflejando el sufrimiento interno de soledad y autodesprecio. Un drama humano de quien nunca más lo será. Con menos sangre que miradas y primeros planos, aquí se muestra un fuerte lenguaje no verbal que nuestro protagonista zombi transmite en sus destellos de raciocinio y nostalgia. Un grito melancólico, ¿humano o zombi?


En 2003 aparecerían otros dos grandes referentes que el tiempo ha ido colocando bastante alto, los dos con una fuerte inspiración reconocida en las películas de zombis de George A. Romero. Por un lado, de la mano del cómic llegó uno de los grandes collages de historias sobre el apocalípsis zombi: The Walking Dead ("Los Muertos Vivientes"- Image Comics, 2003). Llamo collage a The Walking Dead, no con ánimo de desprestigiar a su creador Robert Kirkman, si no más como una vía para alabar el notable resultado de combinar numerosas obras y conceptos del universo zombi e integrarlos en el mundo de las viñetas.
Al igual que 28 Días Después, The Walking Dead comienza en un hospital en el que el policía Rick Grimmes (AKA "Graimito") despierta tras un coma para descubrir un mundo arrasado por un apocalipsis zombi. Graimito hará lo imposible por encontrar a su familia, de la que tiene la seguridad que encontrará con vida.


La trama se centra en el drama humano y en la capacidad de resistencia de unas mentes cuya forma de vida cambia radicalmente. Contradiciendo a muchas historias de zombis en el que los protagonistas se vinculan o solucionan el No hay una explicación sobre el origen de la pandemia zombi, sólo se conoce la realidad, sólo importa la supervivencia. El blanco y negro del comic no oculta la crudeza y la violencia que muestra la historia del grupo de supervivientes de Rick, en el que la locura por perderlo todo y por la ausencia de esperanza se apodera de todos en grados muy distintos. Los zombis, que siguen la naturaleza y comportamiento de los de Romero, no son el principal enemigo, en realidad son parte del nuevo entorno del mundo. Los verdaderos enemigos son los otros supervivientes... Más adelante pondré el foco en la adaptación en serie de TV.

Uwe Boll firma la segunda obra de la que queríamos hablar... Perdona, ¿has dicho Uwe Boll? ¡Uwe Boll! Son mis fantasmas, que me persiguen. Efectivamente, el considerado (y orgulloso por ello) peor director de la historia del cine también plantó un pino en el género zombi. House of the Dead , homónima adaptación del videojuego The House of the Dead (1998) de Sega, nació y murió en 2003, y por supuesto no es de esto de lo que quería hablar, aunque coincidieran en el marco temporal. Perdonen la interrupción.
 

La otra verdadera gran obra de 2003 en forma de contenedor de concepciones de zombis fue The Zombi Survival Guide ("Zombi: Guía de Supervivencia" - Max Brooks, 2003). Con una seriedad y veracidad impropios del género, resulta tal el grado de acercamiento a la realidad que transmite esta guía de supervivencia, que pasas de pensar "¿Qué se ha fumado el autor?" a "Tengo que ir YA a la ferretería para protegerme". El manual de supervivencia detalla, entre otros aspectos: cómo defender tu casa de un ataque, cómo ver los indicios de un brote del denominado "virus Solanum", análizar el radio de respuesta que el entorno pueda ofrecer en tu beneficio o en contra de los zombis (vías de escape y fortalezas), una lista de las mejores armas cuerpo a cuerpo y a distancia para protegerse, etc. Se hizo, además, una tirada de cómics que ilustraban los brotes de zombis. Finalmente, la obra enumera históricamente anteriores epidemias zombis rechazadas con éxito por la humanidad y enmarca la guía dentro del actual incidente global denominado "Guerra Mundial Z".


Correcto. No es que la Guía de Supervivencia Zombi sea un prólogo de World War Z: An Oral History of the Zombie War ("Guerra Mundial Z" - Max Brooks, 2006), sino que era una novela dentro de otra novela ["Bookinception" - Ba-da-bam-tsss!]. Volveremos a Guerra Mundial Z más adelante, por el momento resulta adecuado citar otras novelas ligadas conceptual y temporalmente a la guía de Brooks:
  • Game of Thrones ("Juego de Tronos" - George R. R. Martin, 1996): tímidamente oculta se público una de las sagas de ficción fantástica más prometedoras de las últimas décadas: A Song of Ice and Fire (Canción de Hielo y Fuego). Dejando de lado las guerras a espada, las conspiraciones palaciegas y el sexo, George R.R. Martin supo añadir un ingrediente maestro a su obra: la amenaza del zombi. Y es que los oscuros seres de hielo conocidos como "los Otros" ("caminantes blancos" en la adaptación televisiva), son la amenaza latente y continua de la saga, ya que pueden devolver a la vida y comandar a todos los seres que se les crucen. Portan consigo un ejército de hombres y animales muertos que en cualquier momento invadirá los siete reinos. Vemos por tanto, el uso del elemento zombi en una obra de fantasía y la posibilidad de amplitud a múltiples géneros que ello entraña.
  • Autumn ("Septiembre Zombi" - David Moody, 2001): aunque su repercusión se multiplicó en su reedición de 2010 de toda la saga Autumn (6 libros hasta 2012), Septiembre Zombi es una "Noche de los Muertos Vivientes" del siglo XXI pasada a novela muy destacable por haber precedido a otros títulos y películas muy cercanos a ella. Aquí, el virus desencadenante mata casi a toda la población humana en menos de un día para que al pasar otro día, todos los muertos comiencen a volver a la vida y empiecen a tener hambre.
  • The Rising ("El Alzamiento" - Brian Keene, 2003): adictiva y violenta novela en la que tenemos zombis menos tontos. En efecto, aunque pueda resultar demoledor, enseguida se acepta este tipo de zombi que razona, habla y hasta te puede robar el coche cual si del GTA se tratase. Tuvo secuela (City of the Dead), no tan glosiosa.
  • Para no salirnos del marco temporal, más adelante cito a unos cuantos autores españoles que, posiblemente fruto de esta nueva ola zombi, consiguieron escribir unas obras dignísimas en el género.
Continuamos con un remake de la segunda de Romero digno, serio y de calidad: Dawn of the Dead ("Amanecer de los Muertos" - 2004). El, para mi gusto, "siempre cumplidor" Zach Snyder cumplió con creces su aporte al género zombi. Mismo escenario, un centro comercial, cientos de zombis y una panda de variopintos supervivientes. Destaco la pasada de créditos iniciales con música de Johnny Cash, equiparables a los que Snyder realizó después para Watchmen con Bob Dylan. La figura del bebé zombi es rescatada del original de Peter Jackson en Braindead.


Paralelamente, se produjo la comedia de acertadísimo título original Shaun of the Dead ("Zombies Party: Una Noche... De Muerte" - 2004), escrita y protagonizada por el cómico inglés Simon Pegg y acompañado por sus camaradas habituales Nick Frost coprotagonizando y Edgar Wright dirigiendo (Hot Fuzz 2007; Paul 2011). Inteligente despiporre de cachondeo visceral es este homenaje satírico al zombi cinematográfico.



El mismo año nos encontramos con este drama francés sobre resucitados, que no zombis, Les Revenants ("La Resurrección de los Muertos" - 2004). El film de Robin Campillo es una interesante propuesta: ¿Y si los muertos de los últimos 10 años resucitaran sin más, tal y como eran? Esta película plantea la problemática política y social de reinsertar a estos "ex-muertos" a la ciudadanía. De temática similar, menciono a la serie The 4400 ("Los 4400" - 2004).
 

2004 prometía otras sorpresas, pero esta vez en el terreno videojueguil. Todo gamer ansiaba ver y probar el estreno de la mítica y terrorífica saga Doom en los motores gráficos 3D. Doom 3 salió a la venta en una de las primeras combinaciones de shooter y survival horror, y a parte de esos monstruosos demonios, la instalación marciana en la que habitaba el mismísimo demonio, albergaba zombis... Toneladas de zombis. Reventarles la cara en un hábitat de oscuridad, era cuanto menos, una delicia. Puede que el regreso de Doom decepcionara a muchos, debido a las altas expectativas creadas durante años, pero miedito se pasaba un rato.


Al año siguiente se perpretó una insípida adaptación de Doom al cine, Doom (2005) protagonizada por nada más ni nada menos que el auténtico portento de la interpretación Dwayne Douglas Johnson 'The Rock'. Absolutamente desprovista de cualquier rastro de terror, espanto, pánico o sinónimo similar, esta piltrafilla de acción (que me recuerda mucho a la primera Resident Evil) sobrevive a su rascate aquí simplemente por la presencia de los zombis espaciales contaminados por un virus marciano, y por esta joyita de escena en primera persona que escenifica el día en el que el cine se convirtió en videojuego (y el principal gancho del trailer para pagar por la película).


Otro remake de Romero... No, espera. El propio George A. Romero regresaba para escribir y dirigir Land of the Dead ("La Tierra de los Muertos Vivientes" - 2005). En este mundo zombi, ha sobrevivido una ciudad al estilo de vida capitalista: los ricos en rascacielos con todas las comodidades y los pobres sobreviviendo como pueden en barriadas próximas a los muros. Un equipo de mercenarios que explora y saquea las tierras abandonadas a los zombis serán los responsables de una brecha de seguridad. Aunque inquieta el que parece ser el líder de los zombis al demostrar un mínimo de raciocinio, la película es justita, no nos volvamos locos tampoco.


Un ejemplo de cómo un desvarío se convirtió en una auténtica genialidad es Marvel Zombies (2006-2012), la serie limitada de cómics de Marvel llevada a cabo por el premiado Robert Kirkman de The Walking Dead, en la que un virus aliénigena convierte a los héroes y villanos de Marvel (aparte de los normalitos como nosotros) en zombis devoradores de carne, todo ello en un universo paralelo. Lo que comenzó en una idea para un cierre trágico y original de la saga Ultimate Fantastic Four, siguió de la mano de Kirkman en una cadena de series con precuela sobre los zombis marvelianos.


Turno para el director de lo excéntrico. Si no hemos citado anteriormente The Nightmare Before Christmas ("Pesadilla antes de Navidad" - 1993) de Tim Burton, es porque pienso que Corpse Bride ("La Novia Cadáver" - 2005) estaría más cercana a un ejemplo hipotético de cine de animación zombi stop-motion. Por supuesto nadie usaría zombis al uso en una película de animación musical infantil, pero los muertos de La Novia Cadáver emergen de su propio mundo bajo tierra, para descubrir que el mundo de los vivos es mucho más aburrido. Chica muerta se enamora de chico vivo, chica muerta secuestra a chico vivo antes de su boda para llevárselo al mundo de los muertos, la típica historia, ya saben.


Otra original y divertida propuesta se presentó con Fido (2006). Película canadiense en el que una epidemia zombi fue resuelta con un genuino invento: un collar que domestica a los zombis. Así nos encontramos con Timmy, un niño cuyo mejor amigo es Fido, el zombi doméstico familiar. Sin desperdicio.


Stephen King también se apuntó a esto de la "Zombie New Wave" con Cell (Stephen King, 2006). Me imagino al hombre viendo The Ring en su casa, mientras recibió un SMS de su editor diciéndole que pensara en escribir alguna mierda aceptable sobre zombis. En un alarde de creatividad, King pensó "Me cago en la putísima, ¿y si la gente se volviera zombi al recibir un SMS? ... ¡Ya está, primo!".
Vale, el tío sabe escribir angustioso terror y suspense, así que no le pongamos por los suelos. La novela es potable y funciona, sin ser de las mejores suyas.


Otro videojuego que nos permitía recrear Dawn of the Dead, muy oportuno tras el reciente éxito de su remake, fue Dead Rising (2006). Survival horror con mucha acción de Capcom, que a finales de 2013 se convierte en trilogía con las nueva generación de consolas, en el que destaca el desarrollo de las hordas zombi. Impresiona bastante su número, en comparación con otros títulos, y lo bien caracterizados que están. Una buena forma de experimentar el universo zombi con tu mando.



Pocas obras de la nueva ola tienen como origen de los zombis un elemento que no sea un virus mutante perverso. En el proyecto homenaje al cine B y Z de Quentin Tarantino y Robert Rodríguez "Grindhouse", Rodríguez se encargó de la parte zombi con Planet Terror (2007). En ella un gas tóxico del ejército convertía a un pueblo tejano en un agujero infecto de zombis sanguinarios. Repleta de humor negro, escenas completamente innecesarias, gore grotesco e intencionadamente cutre, y alguna que otra referencia a la filmografía Tarantiniana, de este "Planeta del Terror" destaco a Josh Brolin como médico enajenado mental y a Rose McGowan con su pierna de repetición y lanzagranadas.

 

Una de esas veces en las que sales satisfecho de ver un producto patrio en la gran pantalla fue [•REC] (2007). Explotando el potente resultado de la grabación en primera persona difundido con The Blair Witch Project ("El Proyecto de la Bruja de Blair" - 1999), Jaume Balagueró y Paco Plaza nos sumergen con talento en una terrorífica comunidad de vecinos a la que el diablo ha elegido para propagar su enfermedad zombi demoníaca. Bueno aquí por el momento sólo sabemos que hay muertos vivientes y un brote vírico, el origen demoníaco lo soltaron en la secuela (para mi personal decepción, ya que soy fan de los virus zombis).


Otra de Romero, cuya nueva remesa de zombis va en decrescendo en calidad, es Diary of the Dead ("El Diario de los Muertos" - 2007). Una road trip movie con profundidad nula y estudiantes de comunicación audiovisual de reacciones tan estúpidas como impredecibles. El lema es "tenemos que grabarlo todo", pero no le llega ni a la suela de los zapatos al "Pablo, grábalo todo, ¡por tu puta madre!" de Manuela Velasco en REC. Aporta lo justo al género, pero menos aporta su spin-off de 2009.


La adaptación al cine de I Am Legend ("Soy Leyenda" - 2007), entró en el hall de la fama de las películas de comienzos prometedores que se desinflan y terminan con un desenlace poco satisfactorio. Will Smith, sin ser el actor que esperarías encarnando al último hombre sobre la Tierra, lo hace relativamente bien. Aquí los zombis vampíricos que temen a la luz, producen inquietud sin ir más allá. Una pena haber desaprovechado la novela, si bien se mantiene la importacia del perro Sam como coprotagonista.


Entre las grandes series de ciencia-ficción también se ha abordado la temática zombi, o al menos la del zombi como cuerpo sin alma o doblegado. La original The Outer Limits ("Rumbo a lo Desconocido" - 1963-1965) ya fantaseaba con una invasión alienígena de seres ocultos en restos de meteoritos que podían controlar las acciones de los humanos (al estilo la . En el remake The Outer Limits ("Más Allá del Límite" - 1995-2002), también se recurrió a uno de sus capítulos a la invasión alienígena de unos parásitos que controlaban el cerebro de los humanos hasta el punto de engañar al resto (final desalentador, por cierto). Más cercano al zombi que aquí tratamos, uno de esos capítulos de traca de The X Files ("Expediente X" 1993-2002) coincidió con una historia de zombis conectada a la otra serie de Chris Carter (Millenium 1996-1999), ya saben, uno de esos capítulos "crossover" de series de éxitos que ayudan a la promoción de otras series emergentes (el capítulo se llamó creativamente Millenium). Y es que ya habían tratado de cruzar a Mulder y Scully con nuestros queridos zombis, en un proyecto homenaje a George Romero, pero eso no salió a la luz.


Luego está el tema de los virus maliciosos pandémicos, que también fue tratado en Expediente X y Más Allá del Límite, pero que para este caso prefiero citar a una serie más reciente y que sigue cronológicamente esta lista: Fringe (2008-2013), que, sin pararnos a hacer una sinopsis de la serie con la que nos explote la cabeza, quiero rememorar ese capítulo de la segunda temporada (2x13 What Lies Below), en el que Peter (Joshua Jackson, nuestro querido Pacey de Dawson Crece) se contagiaba de un virus que podía controlar la mente de sus infectados, los que se hallaban encerrados en unas oficinas y el virus les obligaba a hacer de todo con tal de conseguir salir y propagarse. Aquí Pacey estuvo majete.


Una de las más interesantes, creativas y originales puestas en escena de un apocalipsis zombi (en esto, los canadienses son unos ases) es el thriller psicológico Pontypool ("Frecuencia Macabra" - 2008), que reconvierte la falsa invasión alienígena vía radiofrecuencia de Orson Welles en una muy real invasión zombi. Sin apenas salir de un estudio de radio, nos mostrarán el punto de vista de un locutor (interpretado por Stephen McHattie) ante la caída de la ciudad de Ontario por los zombis.


Una de las presentaciones más gores de los últimos años en el género llegó en forma de miniserie británica: Dead Set ("Dead Set: Muerte en directo" - 2008). 6 capítulos en los que los concursantes del último Gran Hermano UK deben salir de la casa en la que han quedado olvidados para enfrentarse al apocalíptico mundo infestado de zombis que les espera fuera. El éxito de una espectáculo ultraviolento como este, es sólo otro reflejo más de la aceptación del zombi como objeto de consumo de escenas espeluznantemente gores. Ojalá una versión española visceral en la que una selección de catetos se vengue de los zombis por impedirles alcanzar la portada de Interviú, con un cameo de Aída Nizar siendo destrozada y devorada hasta los huesos.


Otra peliculita potente y con personalidad es la francesa La Horde ("La Horda" - 2009), en la que policías y gangsters deberán firmar una tregua para descargar pólvora y mamporros sobre una violenta horda de muertos vivientes. Unos notables efectos especiales y un reparto muy entregado, ascienden la película a un nivel aceptable.


A continuación la historia de un hombre y su trágica búsqueda del último bollito Twinkie sobre la faz de la Tierra, una de las comedias mejor recibidas en el universo zombiadicto: Zombieland ("Bienvenidos a Zombieland" - 2009). Todo comienza genial, divertidos créditos, un enfoque y análisis de la situación desde una perspectiva nerd, una particular guía de supervivencia, un estupendo Woody Harrelson al que creo que no es exprime totalmente; pero tras el genial cameo de Bill Murray (demasiado estereotipado por los cazafantasmas, todo hay que decirlo), [*pop*], se acabó la gracia y la frescura que había ido disminuyendo en toda la segunda mitad. Pero bueno, sin llegar a descojonarte como Dios manda, Zombieland tuvo merecido éxito y es un referente indiscutible. Esperemos que el "estamos trabajando en ello" de la secuela dé un buen fruto.


La novela española zombi está dando grandes sorpresas, entre las que se encuentra Los Caminantes (Carlos Sisí, 2009) que retrata una pandemia zombi entre varios personajes fielmente ambientados en Málaga. El grado de cercanía y descripción que transfieren estas novelas españolas resulta adictivo en su lectura, que en el caso de Sisí supuso una trilogía que está siendo también difundida en ámbito anglosajón.

 
Otro film galo, Mutants (2009), retrata el drama de una mujer embarazada al tener que aceptar y afrontar el trágico desenlace para el hecho de que su marido se haya infectado, mientras se dirigen a un supuesto lugar seguro atravesando un mundo de criaturas zombi. Sectarismo emocional digno de Cronenberg.


A partir de los nuevos canales de difusión literaria, ha estado surgiendo una llamada "fiebre del pastiche cómico" en la que se parodian obras clásicas con elementos de terror o ciencia-ficción (o directamente algo que no tenga nada que ver y resulte absurdo). Este nuevo, podemos llamarle, género, se puede decir que empezó con un pastiche de Jane Austen y zombis, una parodia a partir de la obra original llamada Pride and Prejudice and Zombies ("Orgullo y Prejuicio y Zombis" - Jane Austen & Seth Grahame-Smith, 2009) en el que Elizabeth tendrá que enfrentarse tanto a desengaños amorosos como a monstruos caníbales hambrientos. Ojo, que llegará adaptación cinematográfica para 2014. El autor Seth Grahame-Smith, que anteriormente había escrito cosas tan dispares como un ensayo sobre Spiderman, una guía de supervivencia en el cine de terror o un "profundo" análisis del cine porno, ha pegado un pelotazo importante metiéndose también en guiones de cine, como Dark Shadows de Tim Burton o la nueva de Los Cuatro Fantásticos. También se encargó de la adaptación de su propia obra Abraham Lincoln: Vampire Hunter ("Abraham Lincoln: Cazador de Vampiros", 2012).


El éxito de ventas en Amazon de esta divertida mezcla ha derivado en un despiporre de obras del mismo estilo, como Sentido y Sensibilidad y Monstruos marinos (Jane Austen y Ben H. Winters, 2010) o Androide Karenina (Leo Tolstoy y Ben H. Winters, 2010). Pero es de recibo señalar que esto del pastiche no es una novedad, y si no, lean Las Historias Naturales (Joan Perucho, 1960), y cómo las Primeras Guerras Carlistas cambian de rumbo cuando un vampiro entra en escena (lo que no nos contaron del general Espartero).
Otro área menos tratada también ha sido invadida por la infección zombi. Hablo del juego arcade, que gracias a los smartphones y tablets se ha visto revitalizado, no sólo con el reestreno y emulación de los grandes clásicos de las recreativas, si no con una nueva industria de pequeños desarrolladores de videojuegos. En 2009, siguiendo la estela de la máquina de hacer dinero Angry Birds, se lanzó Plants Vs. Zombies para Windows y OS X, y posteriormente en plataformas iPad, Xbox Live Arcade, y Android. Un entretenido juego de estrategia defensiva, en el que debes proteger el vecindario de zombis mediante la siembra de planta carnívoras y destructiva. Estos cómicos zombis son masacrados por todo tipo de plantas (tan absurdo como adictivo). La genialidad radica en numerosas referencias culturales: Monty Phyton, Harry Potter, George A. Romero, Doctor Who, o esas vestimentas de Thriller de los zombis.


La última aventura de George Romero a las órdenes de las maquinitas de hacer películas, bien podría omitirse de la lista. Survival of the Dead ("La Resistencia de los Muertos" - 2009) tiene elementos icónicos del género, una isla, zombis estándar, gente poco avispada... Pero este "spin-off" de El Diario de los Muertos no da la talla en casi ningún aspecto y nos deja un trágico desenlace para Romero, que da muestras de haber agotado su participación en el género. Esperemos que el padre del zombi moderno vuelva a algún día a la vida y nos vuelva a sorprender.


Seguimos con más literatura española zombi-apocalíptica. En una Barcelona derruida tras la catástrofe,
Diario de un zombi (Sergio Llauger -2010) muestra una perspectiva en primera persona de un zombi que por razones desconocidas no ha perdido su conciencia humana. Llauger nos ofrece una de las pocas oportunidades para llegar a sentir simpatía y humor por un muerto viviente.
 


Pero quizás, el más claro reflejo de la aceptación social del fenómeno zombi es la adaptación televisiva del exitoso cómic homónimo The Walking Dead (2010 - En curso). Aunque el argumento ha tomado claramente su propio camino en la serie de la AMC, escogiendo personajes y tramas, y en muchos casos desdramatizando determinadas escenas demasiado fuertes para la, ya de por sí violenta, ficción televisiva, no creo que desmerezca el éxito que se ha labrado. The Walking Dead se mimetiza perfectamente con el formato para el que ha sido creada, ajustando la trama a los capítulos de 45 minutos y pegando un salto de una primera temporada de 6 capítulos con estructura de miniserie, a posteriores temporadas de 13 y más capítulos (que han ido creciendo debido a la popularidad de la serie).


Particularmente especiales me resultaron los tres primeros capítulos, que en mi opinión, transmiten de lo mejorcito que puede expresar el género zombi: desengaño ante el apocalipsis zombi, suspense, tensión acumulada, sustos inesperados, aislamiento por la ignorancia de la situación del resto del mundo... Luego en mi opinión y como decía, la serie mantiene el tipo en su formato, creando una historia para cada personaje y cómo afrontan el nuevo mundo zombi (con todas la paradas argumentales que eso requiere). Además, la interpretación en general es notable, y en particular la de Andrew Lincoln como Rick Grimes me parece excelente. A pesar de todo, parece existir un sector de la audiencia que parece haber renegado de la serie por una aparente "ausencia de acción". Quizás esperaban una serie en la que todos mueran descuartizados en 5 capítulos. La segunda temporada siguió el tipo, y reflejó con cierta maestría el inevitable desenlace del enfrentamiento entre Rick y su compañero Shane. Es la tercera temporada la que creo que ha empezado a flaquear y a tropezarse, en comparación con el cómic. Hay demasiados comportamiento ausentes de convicción, especialmente al final. Críticas a parte, nadie puede dudar que The Walking Dead ya se ha convertido en un referente icónico de la cultura popular y una de las grandes series de este comienzo del siglo XXI, a parte de deleitarnos con el carismático (por su simplismo ante el fin de la humanidad) personaje de Daryl Dixon.


Los pastiches no son sólo terreno de la novela. Los zombis también irrumpen de forma inesperada en los videojuegos. Ya vimos a los zombis nazis del Call of Duty, pero alguien decidió explotar aún más el inmortal y clásico instantáneo Red Dead Redemption (2010), una de las últimas maravillas de la industria que nos ha transportado al western como ningún otro. Como decía, alguien pensó "¿Y si en vez de lanzar una expansión del juego con misiones secundarias y nuevos escenarios para el multijugador, hacemos un pastiche zombi del argumento original?". Supongo que sus superiores decidieron que, dado el éxito de los zombis, era buena idea. Así nació Red Dead Redemption: Undead Nightmare (2010), un western zombi. Ideal para afinar la puntería con el rifle Winchester usando cabezas de muertos putrefactos como diana.


Por no salirnos de la temática western, ese mismo año se estrenó Exit Humanity (2011), en la que tras el fin de la Guerra Civil estadounidense, un hombre se las tiene que ver con una epidemia zombi mientras intenta llevar las cenizas de su hijo, muerto en la guerra, al camposanto en el que debe reposar. No es una gran película, y el título nos lo hace intuir, pero es que esta mezcla de temáticas (Zombie + Western) promete mucho.



Hablando de fusión de género, ¿quien coño podría imagina un musical zombi? El cine independiente tiene de todos para todos, Travis Betz orquesta The Death Inside (2011), dos historias paralelas entre una escritora de literatura zombi (Fiona) y su novio fotógrafo Wes (ambos frustrados en sus trabajos), y los zombis Harper y Max. Estos últimos acaban desvelándose como los alter egos de los primeros, en la mente de Fiona que está desarrollando una esquizofrenia que identifica como musa para escribir. Todo ello en un escenario de musical de terror, tragicomedia y romance. Todo resulta tan "indie", que es normal que haya atraído a unos cuantos hipsters.


Volvemos a la tele. Death Valley (2011), serie policíaca en clave de humor y falso documental sobre la forma en que el Departamento de Policía de Los Ángeles afronta la aparición de zombis, vampiros y hombres lobo. No sé a quien se le ocurrió el peculiar experimento de mezclar The Wire, The Walking Dead, Modern Family, Buffy Cazavampiros y Teen Wolf, pero la fórmula resultante no ha sido mala del todo, no. Mucho cachondeo.


Play Dead (2011) (Corto). No puedo evitar mencionar este curiosísimo corto que muestra el punto de vista de los perros callejeros de Miami, sobreviviendo a zombis y humanos en medio de una pandemia caótica. Para los amantes de vídeos caninos como un servidor, este corto (podéis verlo aquí) hará de vuestras delicias.


A eso de finales de invierno de 2011 se distribuyó este trailer para un videojuego elaborado por Techland. Este impresionante trailer, ya declarado corto, que bien podría haber sido para una película, mostraba la conversión de una niña en zombi a modo de cronología inversa. Exitazo en YouTube, se perfilaba un prometedor proyecto de survival horror de zombis con un elaborado argumento. Cuando se fue sabiendo un poco más, vimos que el principal fuerte de este shooter con armas blancas era la ultraviolencia que mostraba. Ambientado inteligentemente (y aprovechando las ventajas de la saga Farcry) en un resort de lujo de una isla tropical de Papua Nueva Guinea, Dead Island (2011) abre con una sensación inicial de survival horror, que tras un sentimiento de repetición de misiones y cabeza cercenadas, se queda en un festival de la casquería no apto para niños ni gente de estómago débil. Cierto es que resulta una pasada lo de usar cualquier objeto punzante o pesado como arma, y que algunos de los zombis que corren hacia ti por la selva, estilo 28 Días Después, acojonan bastante, pero entiendo que los que no se vean inmersos en la atmósfera zombi sientan aburrimiento es estos escenarios grandes pero ligeramente vacíos. Sin duda alguna, el trailer creó demasiadas expectativas para un producto simplemente correcto, pero que ha tenido el suficiente éxito como para lanzar una segunda parte, y desencadenar la producción de una adaptación cinematográfica que llegará en los próximos años de la que aún poco se sabe. A mí personalmente el juego me divirtió bastante, partirle la crisma a un zombi en bikini con una llave inglesa oxidada es cuanto menos resultón.


Hay que reconocer que a veces los franceses son unos cachondos acidillos, les encanta meterse con las naciones ajenas. A diferencia de los guiñoles de deportistas españoles, a nadie aquí pareció molestarle el corto Zombinladen: The Axis of Evil Dead (2011), en el que Bin Laden volvía a la vida y salía zombi del océano para reclutar un ejército de muertos para luchar contra EE.UU. y sus aliados de occidente.



Simpática sorpresa nos llegó desde Cuba, que también ofrece su propia visión cómica del apocalipsis zombi. Juan de los Muertos (2011), que se llevó el premio Goya a la mejor película hispanoamericana en 2012, describe una invasión zombi en La Habana, en la que emerge el antihéroe Juan, que ofrece sus servicios para aniquilar a familiares zombis por un módico precio. Sin dejar pasar la oportunidad de criticar la realidad socio-política de Cuba y el conflicto eterno con Estados Unidos, no dejen pasar la oportunidad de contemplar esta historia sobre una isla, zombis y travestis.


Más animación. La desapercibida ParaNorman ("El Alucinante Mundo de Norman" - 2012), debería considerarse uno de los mejores homenajes al cine de terror, no sólo por sus referencias, sino por conseguir hacerlo para todos los públicos. Una divertida forma de enfocar la muerte, con zombis de por medio.


Para hacerse una idea del alcance del fenómeno zombi, tomemos como ejemplo Derren Brown: Apocalypse ("Derren Brown: Apocalipsis" - 2012). En este experimento psicológico/sociológico del mentalista e ilusionista británico Derren Brown, mostrado en forma de miniserie, se despliega un derroche de medios para recrear una situación de apocalipsis zombi en la que se introduce a un joven real sin trabajo ni aspiraciones (un "NiNi", vaya), con el fin de que la impactante experiencia (que roza el shock traumático) le convierta en una persona de provecho y comprometida, tras ofrecerle la vida una segunda oportunidad. Este ilusionista, experto en hacer verdaderos "Shows de Truman" que rozan a un "The Game", colaboró con la familia del chaval y, tras un auténtico seguimiento de espionaje para entrar en su mente, se inició una auténtica superproducción cinematográfica que incluía 200 actores zombis, efectos especiales, escenografía apocalíptica, destrozos, olores nauseabundos, cortes de luz, etc.; todo ello ubicado en un hospital militar y sus alrededores, y sin que el muchacho, Steven, fuera consciente de la ficción construida a su alrededor. La repercusión en Reino Unido fue notable, ya que se denunció las posibles secuelas que se podrian haber inflingido en el muchacho por un estado de shock o una crisis nerviosa. La productora responsable, así como el propio Brown argumentaron que disponían de un equipo médico y un psicólogo para posibles emergencias. Yo sólo pienso "joder con la bromita", anda que si le da por coger una katana y ponerse a rajar zombis... No queda del todo claro la veracidad del experimento, pero para mí plantea otro análisis, y es lo increíblemente arraigada que esta en nuestro cerebro la concepción de la figura del zombi. Tan insistente ha sido la ficción, que estamos dispuestos a creer en ella, incluso a luchar contra ella.


Nintendo en su afán de demostrar que sus consolas ofrecen algo más que Super Marios, Zeldas y Donkeys Kong, decidieron añadir un título más oscuro y serio para el lanzamiento de la consola Wii U. Hablamos del remake del clásico Zombi (1986) de Ubisoft, ZombiU (2012). Para los que critiquen la infantilidad de Nintendo, este puede ser uno de los títulos más atractivos, a la hora de decantarse por una Wii U, ya que según crítica y opinión, puede ser uno de los mejores survival horror desarrollados hasta la fecha. Munición limitada y muchos sobresaltos en un Londres infestado de zombis.



Antes comparé la resurección de los muertos con la de Jesucristo. A quien le haya ofendido, le recomiendo este divertidísimo corto español: Fist of Jesus (2012). "Hilarious", no diré más.



Hablamos antes de la película francesa Les Revenants. La aparición repentina de cientos de ex-vivos que volvían a hacer gasto a la seguridad social. Pues bien gustó tanto la idea, que se decidió ampliar en la televisión una serie homónima de Canal +, Les Revenants (2012). Aquí los muertos reaparecen en un pequeño pueblo montañés, y muestran tener una inquietante relación con el lago cercano a la población. Tal ha sido el éxito de esta ficción (reconozcámoslo, con muertos vivientes pero nada zombis), que ya están con un remake en los USA llamado Resurrection (2013).



Reino Unido se hace fuerte como uno de los fieles del género Z. In the Flesh (2013), es otra de estas miniseries con valor añadido que engendran allá por la islas británicas como si fueran churros. Derrochando talento, aquí se nos presenta de forma intimista un mundo con seres humanos de segunda: aquellos que han sido reanimados y curados de una epidemia zombi. Parecen volver a ser humanos, pero, ¿son de fiar? ¿Deben volver a su vida cotidiana con el resto de seres humanos "sanos"? Si os gusta Sherlock, Black Mirror, Dr. Who, Dead Set; es decir, si os gusta la televisión bien realizada, no os perdáis esta otra perla de la BBC.


Bajo un título en español que puede asustar y un trailer que repele, Warn Bodies ("Memorias de un Zombi Adolescente" - 2013), esconde una excéntrica y satírica película de los problemas existenciales de un zombi que se enamora de la novia de su última cena. Romance postapocalíptico dirigido con astucia, rigidez y sin complejos. Lo que parecía una terrible inmersión del zombi en la saga Crepúsculo, tiene mucho más que ofrecer.


La última sorpresa zombi del año en curso, a espera de lo que ofrecería Guerra Mundial Z, la ha dado Generación Zombi: Hollywood (Julen García y Carlos García, 2013) vía eBook. Humor y acción zombi desatados en medio de la ceremonia de entrega de los Oscars, donde actores, directores, productores, guionistas, ayudante de cámara, compositores, maquilladores y técnicos de efectos especiales deben luchar juntos para sobrevivir.




GUERRA MUNDIAL Z: CERRANDO FILAS

Llegó el turno de la criatura que inició esta entrada infinita. Primero la novela, luego la película: World War Z. Para mi gusto, la descripción absoluta sobre un apocalípsis zombi.
Max Brooks, genéticamente bendecido con la comedia (recordemos que es hijo de Mel Brooks, el líder de los Pelotas del Espacio), optó por pasarse al terror tras una temporada trabajando de guionista en el Saturday Night Live. Eligió el zombi como forma de expresión, como piedra angular de un planeta sumido en el caos absoluto. World War Z: An Oral History of the Zombie War ("Guerra Mundial Z" - Max Brooks, 2006) no es una historia de zombis, es una historia de la caída de la humanidad contemporánea, un vaticinio hiperrealista de la desarticulación del sistema global actual y de nuestra estructura social. Sin el control de las grandes potencias, ¿cómo reaccionarían las naciones pequeñas? ¿La desinformación nos dejaría tan ciegos ante una catástrofe global? ¿Cómo es posible que los ejércitos y servicios de información no pudieran poner fin a la epidemia tajantemente?

Guerra Mundial Z se presenta como un documental contado por supervivientes relevantes de una pandemia zombi que ha asolado el mundo durante 30 años. Por tanto, hay que tener en cuenta una estructura de microrrelatos en los que personajes, salvo pequeñas excepciones, ni se cruzan ni han tenido contacto entre ellos. Un puñado de historias de personas de todas partes del globo que sobrecoge por la contundencia y detalle en la forma de contar la caída del mundo moderno.

Todo comienza en China, y todo acaba por China, aunque el mundo habría caído igualmente si el origen hubiera estado en cualquier país en los que sus servicios de desinformación y contención hubieran ocultado algo así, hasta el descontrol. El factor clave, además del fallo sociológico, es que el periodo de incubación del virus "solanum" es lo suficientemente lento como para que la propagación sea incontenible en un mundo sin fronteras. Así pudo moverse libremente sin ser detectado, el tráfico humano y de órganos propició su aparición en todos los continentes. Y en un mundo de desinformación y rechazo por la rumorología, el único país que supo prepararse fue el que mejores espías tiene: Israel. Un Israel que abandona la franja de Gaza, la guerra, la ONU y las relaciones para construir un nuevo muro de contención de zombis, invitando a todos los judíos del mundo a sobrevivir allí, en un estado autoabastecido. Mientras algunas naciones se mofaban, la pandemia avanzó. Japón cae en tan sólo unos días. China pierde el control de su ejército. Rusia se sume en una guerra civil por una renovada fe religiosa, India entra en guerra nuclear con Pakistán, mientras su población se refugia en el Himalaya. Europa y EE.UU. caen hundidos por las mentiras e intereses de su corrupción política. Se pierde el contacto con África en una espiral de violencia humana y zombi, en la que sólo parece sobrevivir Sudáfrica. La población de Suramérica se refugia en la costa. Se gesta un nuevo mundo en el que Cuba, llena de refugiados españoles, se convierte en la primera potencia mundial. La segunda parte del libro: el contraataque. El retrato de cómo estructura una nueva forma de guerra contra enemigos que no tienen registros de calor corporal, sus cuerpos siguen luchando aunque estén hechos pedazos y no conocen el miedo, sólo el hambre. Una guerra en la que el abastecimiento y la eficiencia se deben expandir al máximo, y en la que los perros juegan un papel fundamental. Una guerra que aunque se da por finalizada, se siguen combatiendo día a día contra los millones de cadáveres putrefactos que surgen de los oceános.


Como decía la escala de la novela sobrecoge, a pesar de que los grandes salvadores, como siempre, acaban siendo los yankis. La lectura final, la moraleja, es que a pesar de la destrucción humana, animal y medioambiental, el mundo y la sociedad humana parecen haberse purgado del mal inevitable inherente a la naturaleza humana.

Luego está la otra World War Z ("Guerra Mundial Z" - 2013). Dirigida por Marc Foster e interpretada y auspiciada por Brad Pitt, el proyecto fue un auténtico agujero negro de dinero que casi acaba cancelado y en bancarrota. Con unos terrible augurios para la recaudación en taquilla, la cinta ha conseguido salir del paso recuperando la inversión y aprobando el rodaje de secuela.
A pesar de los buenos resultados y críticas aceptables, me dirigí  próximamente a la sala más cercana de los mejores cines predispuesto a una total decepción, dado que ya era sabido que la película no es en absoluto una adaptación de la novela, sino que se había comprado el título a razón de gancho comercial (recordemos que a España llega con dos meses de retraso porque somos unos putos hispanos ciberpiratas). Pues bien, aunque sigo pensando que podría haberse estrenado con un título propio como guión original, la cinta tiene tal potencia; el caos es tan vertiginoso; las mareas de zombis están tan logradas que el estado de tensión que se transmite al espectador no da tregua hasta ese final subjetivamente abierto y tranquilizador.
Brad Pitt, con un rol más de héroe de acción que al que estoy acostumbrado a verle, como siempre sale notable; aunque su personaje, o más bien la familia del personaje, podrían haber sido menos tópicos del cine catastrofista.


Quizás lo que más puede chocar a los adeptos de la novela y a las características del zombi que introdujo George A. Romero, es el tipo de zombi que han mostrado en el film. No es que corran (tipo 28 Días Después), es que parecen zombis del puto Flash. Movimientos ultrarrápidos, dislocación de hueso cual insectos, saltos kilométricos... A pesar de que esta apariencia de ejército de hormigas hormonadas tan bien logrado, y que la atmósfera de tensión es tan brutal que no hay respiro, se echa de menos un elemento fundamental del género: la sangre y la casquería. Estos zombis no son nada gores, parecen más empeñados en hacer muchos millones de amiguitos zombis que en saciar su hambre con cerebritos en su salsa (así conseguimos ampliar el público a partir de los 13 años). Tal y como vemos en los primeros compases de la película, se limitan a pegar un muerdo cual vampiro y a seguir corriendo mientras el infectado se transforma en tan sólo... ¡BA-TA-PAM! ¡SCHSSS! 10 segundos. Sí, el periodo de incubación del virus de varias horas y días que retrataban en la novela, también queda atrás. Como digo, esta es la novedad, el concepto de la infección letal e inmediata, incontenible por su rapidez. Con el paso del tiempo, estos zombis parecen aletargarse y en el último tercio de la película, vemos a unos zombis más familiares. Esto me da esperanzas de que en las secuelas, retomen más elementos del libro.


Siempre soñaré con ver esa batalla en pleno desierto de Nuevo México en el que The Trooper de Iron Maiden atruena con unos altavoces improvisados para atraer a una masa desproporcionada de medio millón de zombis que van cayendo unos sobre otros sobre un aterrador muro de cadáveres putrefactos, o la primera gran derrota del ejército en Yonkers, perdiendo la ciudad de Nueva York. También esas unidades caninas de desorientación de zombis, la desesperación de los tripulantes de las estaciones espaciales, o la colonia isleña que vivía estupendamente gracias a un submarino chino que había desertado. Estaremos atentos a las secuelas, sí.


2013- : AÑOs Z

En lo que queda del prolífico 2013, tras el batacazo que se ha llevado la adaptación a la pequeña pantalla de Zombieland, llegará una nueva película británica Darkest Day, Bollywood se une al género zombi con Go Goa Gone (desconozco si se ha estrenado en España) y Dead Rising 3 hace aparición en la nueva generación de consolas (Xbox One y Playstation 4).


Para 2014 se esperan unas cuantas adaptaciones, como la película de Dead Island, Cell de Stephen King y la satírica Pride and Prejudice and Zombies. Continuaciones de sagas como Resident Evil 6 o REC 4.


Como nuevos proyectos zombis, destaca la adaptación de una novela que no he mencionado anteriormente, porque la desconocía totalmente. Paul is Undead (el proyecto empezó su camino en 2010, pero aún no sabe si llegará a estrenarse), retrataría una humorística invasión zombi británica que comienza con los Beatles, cuando John Lenon resucita y convierte en zombis a Paul, Ringo y George. Los Beatles zombis desatan caos, muerte y destrucción a su paso, producidos por los mismos que parieron Pulp Fiction.


Mentaremos también la americana Heart Land (apunta a dramón colérico), y la española Perros Muertos (que pinta como una Celda 211 con zombis infectados por un aceite de Colza adulterado), para ponerle la guinda a nuestra tarta zombi de 2014.


¿Más adelante? Esperemos que en 2015 y venideros lleguen mejores secuelas de Guerra Mundial Z, y ¿quién sabe? ¿Llegaremos a ver 28 Meses Después? Paz y visceridad a todos.



REFLE(Z)IONES: ANHELACIÓN DEL APOCALIPSIS

Espero que el tamaño de esta entrada, que sólo es un resumen de lo que produce la temática zombi, sirva para hacer una idea de su éxito. Misticismo, religión, vudú, literatura, cine, teatro, televisión, cómic, videojuegos, realities, memes... La evolución de un imagen mental que ya tenemos perfectamente creada en nuestra imaginación. Llegamos a ese punto en el que nos encontramos mentalmente preparados para un shock apocalíptico, y nos atrevemos a fantasear y a bromear con ello.



Y es que parece existir una atracción especial por la ficción apocalíptica, como si una parte de algunas personas anhelara que este mundo, tal y como lo conocemos, acabe. Para los desengañados con este sistema de sociedades podrido, los que no creen en soluciones utópicas de derrocaciones de gobiernos, buenas intenciones y reciclaje, para ellos los zombis representan una solución anarquico-radical que purgaría al mundo del descontrol tirano de los más deshumanizados individuos. Algo similar al mundo que queda tras la Guerra Mundial Z, en el que se insinúa que sólo la pérdida del 70% de la población puede permitir el desarrollo sostenible.

El fin del mundo en general, es un tema imán, y más adelante espero hacer una entrada similar para el cine apocaliptico en general. Pero es el universo zombi el que levanta pasiones.
Es tal la inmersión del zombi en el imaginario colectivo, que podemos ejemplizarlo con un personaje llamado Rob Zombie, líder de la banda White Zombie (1985-1998), que ahora también se dedica al cine de terror (incluso fue el encargado de realizar uno de los falsos trailer de Grindhouse).


La música, siempre la música considerada oscura (todos los subgéneros del metal y por desgracia algún emo), siempre ha usado elemento icónicos del terror. Por lo que no podriamos irnos sin citar al zombi más icónico de la historia, aquel que aparecen en cada portada de los anteriormente citados Iron Maiden. ¡Larga muerte a Eddie the Head!


Fuentes y agradecimientos