El otro día ví un capítulo de la serie Modern Family. En él, Phil, el padre de familia de los Dunphy recibía en su casa para cenar, a modo de entrevista informal, a un exitoso empresario inmobiliario que planea contratarle.
Todo va bien para Phil, sólo que su futuro jefe (interpretado por Greg Kinnear) le tira los trastos descaradamente a su mujer, Claire. Le mira continuamente, alaba su belleza y se propasa con la guinda de besarla en la boca para despedirla. Sin embargo, Phil no ve, o no quiere ver, el asunto. Es más, Claire se lo dice abiertamente (que le besa en la boca, y le toca demasiado), y él piensa que está teniendo alucinaciones propias de alguna crisis estética femenina. Todo en la línea del personaje (uno de mis favoritos de la serie).
Pero la cosa sigue, ya que el "futuro jefe" insiste en que vayan a cenar a su casa. Claire en principio se niega, pero acepta ya que quiere demostrarle a Phil que el otro tiene las manos muy largas, y así despertar sus celos.
Resulta que el futuro jefe era muy abierto con todo el mundo, como pudieron ver en su casa, y Claire le tiene que dar la razón a Phil y admite que ha exagerado, con lo cuál decide apoyar plenamente a su marido y a su prometedora oferta de trabajo. Entonces el jefe empiezan a contar chistes y Claire se parte airadamente. Phil se pone de los nervios, se levanta, coje a Claire de la mano, y se va bruscamente ofendido.
Como ya vimos en Friends con Chandler y Monica, cuando Monica dice haber conocido al tipo más gracioso del mundo en el trabajo. Chandler se pone frenético. Tiene miedo. Se siente amenazado. Duda. Phil y Chandler son sintomáticos de Los celos por risas.
Efectivamente no es la primera vez que se refleja esta debilidad masculina (la considero masculina por la parte que me toca, aunque no descarto casos en mujeres) en la ficción. Y es que un auténtico "devorador de risas", no puede permitir que otro macho alfa del humor se cruce en el camino de su hembra.
Acuño el término "devorador de risas" para denominar al sujeto que aquí nos trae. El devorador de risas, como la mayoría de los seres humanos, nace como bebé. Se alimenta, crece, desarrolla una debilidad visible objeto de burla y acaba en el colegio. Aquí la naturaleza no tiene piedad, y marcará una personalidad que acabará blindando sus defensas a través de su mente. ¿Y qué es el humor, si no una forma de mantener afilada la mente?
El devorador de risas aprende a socializarse a través de la risa. Germina las relaciones en base a la reacción que ejercen sus sutiles payasadas. A menudo este sintetizador de diversiones engendra un narcisismo, que aisla involuntariamente a los que rechazan sus gracias, ya que no es capaz de iniciar una conversación interesándose por las aburridas vivencias de dichos individuos, a los que considera inferiores intelectualmente.
Entonces, un buen día una mujer especial se cruza en la vida de nuestro devorador. Esta alegre muchacha es incapaz de contener la risa con cada ocurrencia despotricada por el engulle carcajadas. Llegado el momento, esta chica se queda sin aire, no puede con esa broma. Pronuncia la frase definitiva: "no puedo contigo". En este momento nuestro glotón de los balbuceos lúdicos y contagiosos conocido como risas, ha alcanzado la cúspide de su risasíntesis. Se ha enamorado.
Por suerte para nuestro amigo hay un dicho popular que parece cumplirse inexplicablemente en algunos ejemplares extraordinarios del género femenino: "La risa abre más almejas que el agua hirviendo".
Et voilá! Obtenemos una bonita relación basada en el "indoor love", o amor de interior. Pero... Hay que preguntarse... ¿De dónde surge realmente la actitud del devorador de risas? Chocamos irónicamente con una de las mayores incógnitas de las revistas Cosmopolitan, Elle, Glamour y Cuore juntas: ¿Existe el hombre perfecto?
La fórmula ante las estrictas peticiones del género, nos lleva a especular con la existencia de algunos sujetos que podrían dar el pego. Ante esta tesitura, las mujeres tienden con el tiempo a lo que se llama falsamente "madurar", lo que es en realidad rebajar expectativas. Una vez bajado el listón, un devorador de risas puede suplir varias peticiones básicas: diversión, ingenio, comprensión, respeto, fidelidad... El factor rendimiento sexual queda ligado estrictamente a las habilidades del individuo, pero el aspecto físico será el detonante del principal inconveniente: la inseguridad. La fémina que acepta al ejemplar de la risasíntesis, tiene el defecto genético de no elegir al más fuerte. Y él lo sabe. La inseguridad será la constante común a partir de ahora.
Por tanto, alcanzamos finalmente el error de base: Reírse con otro. Una desgraciada calamidad equiparable a unos cuernos en toda regla. En algunos casos, acostarse con otro hombre podría llegar a ser menos doloroso. Se hiere el único punto fuerte del sujeto y se agita su autoestima.
Acabamos.
MORALEJA: Si es usted mujer y comparte relación sentimental con un macho beta que obtiene su energía vital de la risa de los demás, y especialmente de la suya, CUÍDELO. No se ría con otro hombre, ni le ofrezca carcajadas fingidas. Si bien es cierto que el hombre perfecto no existe, es posible que nadie, repetimos, nadie, vaya a dedicarle un mayor ímpetu por su bienestar, comodidad y felicidad.
Por otro lado, seguramente acabaría perdonándola.
Palabra de un devorador de risas.
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PD: Si algo de este blog os hace gracia, notificarlo en forma de comentarios. Necesito recargar las pilas.
Por tanto, alcanzamos finalmente el error de base: Reírse con otro. Una desgraciada calamidad equiparable a unos cuernos en toda regla. En algunos casos, acostarse con otro hombre podría llegar a ser menos doloroso. Se hiere el único punto fuerte del sujeto y se agita su autoestima.
Acabamos.
MORALEJA: Si es usted mujer y comparte relación sentimental con un macho beta que obtiene su energía vital de la risa de los demás, y especialmente de la suya, CUÍDELO. No se ría con otro hombre, ni le ofrezca carcajadas fingidas. Si bien es cierto que el hombre perfecto no existe, es posible que nadie, repetimos, nadie, vaya a dedicarle un mayor ímpetu por su bienestar, comodidad y felicidad.
Por otro lado, seguramente acabaría perdonándola.
Palabra de un devorador de risas.
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4 comentarios:
Has acertado de pleno, creo que ese diagnóstico puede ser el mío también, como fémina devoradora de risas, aun no me explico como a base de bromas absurdas y la mayoría de veces sin sentido, se acaba en una inesperada seducción.
Puede que no sólo sobreviva el más fuerte :)
Muy bueno, a mí me da igual que el macho sea alfa, beta o peta-zeta, de lo que estoy segura es de que sin risa no hay sexo, es un gran afrodisíaco, ya se sabe que el mayor órgano sexual es el cerebro.
Creo que es necesario indagar en la búsqueda del macho Peta-Zeta. Prioridad absoluta. xD
:D
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