lunes, 4 de junio de 2018

[LISTLESS] Han Solo: Una Historia no tan mala pero irrelevante de Star Wars



¡OJO, CUIDAO! ALERTA DE DESTRIPES (MAL LLAMADOS SPOILERS)



El otro día ví Vengadores: Infinity War, el otro pelotazo de Disney Todopoderoso, la compañía que se ha fabricado su propia industria del cine. Marvel, ese entramado de películas y series que cimenta el universo cinematográfico más sobredimensionado de la historia. Lejos de agotarse, parece reforzar su existencia con cada capítulo que se entrega de esta telenovela súper-heroica que mueve miles de millones de dólares. Todo ello con distintos directores y (presumiblemente), distintos enfoques. Muchos se preguntan si Disney está fracasando en su intento de convertir a Star Wars en lo mismo; quizás haya que formular una pregunta más correcta; ¿se puede explotar el universo de Star Wars del mismo modo que al universo de Marvel?

Desde mi punto de vista, esta pregunta tiene una clara respuesta. El matiz está en la naturaleza de los orígenes de cada franquicia. La diversidad que ofrece el formato cómic a las historias que en él se cuentan, hace que se alejen de cualquier visión canónica unilateral. Quiero decir, el cómic ha explorado cien Spidermans diferentes, todos con un espíritu en común, pero con cien desarrollos diferentes en los que sus decisiones le dotan de una personalidad con muchos matices distintos. Sus fans los valoran y eligen a su favorito, su historia de Spiderman favorita, otorgándoles una tolerancia muy amplia a verle en un escenario u otro. Pero, ¿qué pasa con Star Wars? Pues que para muchos de sus fans, Han Solo no hay más que uno y que no se lo toquen.

Obviamente, ningún fan de Spiderman entendería o vería con buenos ojos, que el amigo y vecino “hombre-araña” se dedicara de repente a reventar gatitos con su superfuerza arácnida para luego devorarlos crudos. Aunque cosas así de locas pueden haberse experimentado en el cómic con el afán de relanzar a tal o cual personaje, hay ciertas cosas que siempre se acaban rechazando, porque atentan directamente contra la esencia del personaje. En el caso de Star Wars, todo lo preconcebido es cien veces más susceptible de herir sensibilidades, cien veces más intocable y cien veces más mitificado. Si Luke Skywalker guiña un ojo de una determinada manera, habrá un cisma de fanáticos radicales que denunciará al mundo que han destruido al personaje (o mejor dicho, a su concepción de él). Disney tendría que haber aprendido que el canon original de Star Wars (lo que han rebautizado como “Legends”), no va a poder usarse como el baúl de los recuerdos de Marvel, para rescatar elementos “poderosos” a su antojo y colocarlos aquí o allá. Eso puede funcionar con Vengadores, por ejemplo, metiendo un cameo del pato Howard o haciendo que dos superhéroes se enamoren aunque esa relación nunca haya tenido lugar en las viñetas. Porque en el cómic una nueva serie puede romper con todo lo establecido y reescribirlo todo. Por tanto no habrá tantos que puedan alarmarse porque Nebula sea la “nieta” de Thanos en lugar de su “hija” o que en la historia de este “Guantelete del Universo” no aparezcan Adam Warlock o Silver Surfer.

Pero al margen de cómo abordar las historias, los personajes y el contexto que los une, hay que atender a la películas como obras audiovisuales que son. Es bastante obvio que algo bueno tiene que haber detrás del éxito extremo de la franquicia Marvel. Con diecinueve películas estrenadas y diez series de televisión, por estadística tiene que haber alguna que tenga un resultado notable como obra del séptimo arte, al margen del espectáculo y los fuegos de artificio. Y así es, de hecho no son pocas las que han recibido algún que otro aplauso por parte de la crítica especializada. Pero si hay un común denominador en casi todas ellas, al margen de la buena impresión del público generalista, es lograr producciones con una ejecución impoluta y que suelen funcionar en el arte de entretener, desgarrando, por el camino, ciertas emociones y afinidad.

Como decía, el otro día ví Avengers: Infinity War, y me descubrí a mí mismo emocionándome con uno de los clímax de la película en la que cierto superhéroe reaparece de forma épica, cambiando el curso de los acontecimientos. ¿Cómo se consiguen esos momentos? Tras siglo y medio de cine, las fórmulas parecen estar agotadas y hoy en día todo tiende a repetir los clichés que mejor han funcionado en el cine reciente, aunque no siempre se tiene la visión adecuada para ejecutar dichos clichés. En el lenguaje cinematográfico de hoy, creo que es el “timing” uno de los elementos que marca el compás de las emociones, ya sea en lo cómico como en lo emocional. El tiempo dedicado a desarrollar un personaje, un vínculo o una escena; los segundos necesarios en un diálogo para que funcione un chiste o la química entre dos personajes… Todo eso es vital, y hay un lenguaje y unas estructuras de guión bien definidos para transmitirlo de forma generalista. Con gancho y efecto.

Mi extracto sobre Han Solo: Una Historia de Star Wars, es que, a pesar de contar con una acción que entretiene en un contexto muy bien hilado, el “timing”, la estructura general de la película y la forma de enfocar las escenas más emblemáticas, fallan o no funcionan.

Más adelante abordaré con detalle todos aquellos elementos positivos, así como las deficiencias, desde un análisis de lo que es propiamente Star Wars y una mirada hacia adelante sobre a dónde puede ir el futuro de los spin-offs. Pero es en lo meramente cinematográfico donde se encuentran los puntos flacos y creo que es evidente que los problemas que ha habido con esta producción han calado en el producto final. Mi experiencia subjetiva es la indiferencia: en principio no hay nada que me moleste o que me saque radicalmente de la película, pero por el otro, me ha sido imposible crear un vínculo emocional equiparable al que una semana antes me había transmitido la última entrega de Vengadores (consciente de que la escala no es la misma).


Solo: A Star Wars Story” no es una mala película. De hecho, el resultado final no es el despropósito y el desastre que muchas fuentes llevan meses anunciando desde hace meses. Es un western en toda regla. De hecho si te olvidas del contexto de Star Wars, y te dejas inundar por los elementos de las películas del oeste, puedes sacar una experiencia muy disfrutable. Además, parece haberse pensando mucho en los fans, algo quizás, totalmente opuesto a lo que se hizo con Los Últimos Jedi. Pero, aunque suene a cliché: carece de alma. Carece por completo de épica y nunca tuvo aspiraciones de tenerla. Es otro producto más de esta nueva serie de películas de Star Wars, otro engranaje de la maquinaria de hacer dinero, que viene a contarnos lo que ya sabíamos sin arriesgar absolutamente en nada. Estás viendo a Han Solo, y se ha respetado su mitología heredada del Universo Expandido, pero la forma en la que se van sucediendo sus grandes hitos carecen de emoción y de cualquier trama que aluda a lo legendario, a lo heroico. Sin mencionar que todo lo que ocurre es prácticamente sabido de antemano, con lo cual, es extremadamente previsible y no aporta ninguna sorpresa. Sufre además, posiblemente, de la misma incapacidad que tuvo Rogue One para construir correctamente a los personajes (quizá por falta de tiempo para lograr una conexión de empatía); con la diferencia de que Rogue One es una historia sobre un suceso galáctico muy relevante, y Han Solo es una historia sobre un personaje (muy querido) y los sucesos relevantes que le definen, con lo que si falla esa conexión emocional, la película se acaba absorbiendo llanamente sin pena ni gloria.

No quisiera dejar de alertar que Disney (y, qué demonios, cualquier gran compañía de Hollywood) están destruyendo esa conexión emocional con la saga (cualquier saga explotable) hasta el punto de que muchos fans acudimos ya a las salas sin expectativas. Se hace con cualquier icono cinematográfico de los 80 (no quepa duda que tarde o temprano veremos un nuevo Marty McFly), se sobreexplota lo vigente (Harry Potter, Juego de Tronos, Marvel...) y no tardarán en volver a abrir el melón de Tolkien. La realidad es que la saturación de películas de Star Wars se hace más patente cuando cuentas una historia apática como esta. Nadie se esperaba que Han Solo aportara algo realmente interesante, y ahora se confirma que Han Solo no aporta absolutamente nada, salvo pequeños añadidos inconsistentes. Sé que puede parecer contradictorio que diga que no pueden salirse del esquema preestablecido para el personaje y venir ahora a quejarme con que no innovan. Creo sinceramente que pueden hacerse ambas cosas, puedes apoyarte en el grueso esencial de la historia de Han Solo, contando una aventura novedosa que profundice más en terrenos desconocidos y matices de un personaje que tiene muchos claroscuros (sobretodo el del Episodio IV). Sobretodo aburre la forma de contarlo. Apatía es la palabra que se me ocurre a meter con calzador al final la segunda partida de sabacc en la que Han gana el Halcón. Muéstrame el sabacc, haz una partida que tenga algo de grandeza, esmérate un poquito más en el guión (lo siento, Kasdan no puedo aprobarlo). Apostar sobre seguro es la peor apuesta que están realizando los ejecutivos de Disney, y las cifras lo demostrarán.

Luego están los clichés y las ideas preconcebidas de muchos “fans”, que ya habían decidido hace meses que esta película no vale nada. Por un lado, me sorprendo viendo a muchísima gente equiparando la recaudación de la película con su calidad, haciendo bandera de una manifiesta ignorancia y tozudez. En su primer fin de semana, “Solo” ha sido la película de Star Wars que menos dinero ha recaudado. Parece obvio. Disney se obcecó en estrenar el 25 de mayo y, al igual que en una competición deportiva, cuando el equipo grande se hace previsible, el resto de equipos mueve ficha para derribarlo con estrategia pura y dura. Muy poco tiempo desde el Episodio VIII, muy poco tiempo desde “Infinity War”, una semana antes te cuelan el estreno de la esperada “Deadpool 2”, y dos semanas después muchos esperarán a “Jurassic World 2”. Y en verano, mucha gente se subirá al carro de “Los Increíbles 2”. Pésima estrategia de marketing y unos comités ejecutivos que han dado por supuesto que Star Wars funciona bien siempre. Esto puede afectar, sin duda al futuro de los spin-offs, como hablaré al final de esta entrada.

De acuerdo, Han Solo tiene pinta de estrellarse en taquilla por múltiples factores. Muy bien, ¿y qué? ¿En qué afecta ese dato a tu impresión de la película? ¿Eso te impide valorarla objetivamente? ¿Eres fan de Star Wars o del mainstream? Creo que para espetar chorradas e impresiones vagas sobre Star Wars, hay que tener un mínimo conocimiento sobre Star Wars, pero también sobre cine (y ojo que los pelotazos supertaquilleros de las últimas dos décadas no valen para eso). Parece que vengo aquí a despotricar de esos post-millenials que detestan la trilogía original porque “se ve demasiado vieja”, pero lo único que animo es a asentar criterio en las cabezas. Hay demasiado pseudo-fan criado con las precuelas, que no es capaz de ver más allá de una espada láser.

Por el otro lado está el factor Alden Ehrenreich. Muchísima gente sigue ofuscada con la dualidad Han Solo/Harrison Ford y afirmaban, antes incluso de ver la película, que era imposible que la película funcionara porque “ese no es Han Solo”. Para la desgracia de estos, lo que titula esta película es precisamente lo que nos dan: a Han Solo. Bien es cierto que Ehrenreich no ha hecho una demostración interpretativa sobresaliente en esta película, pero nadie puede negar que todo lo visto en pantalla es por y para el personaje de Han Solo. De hecho está todo tan mascado y carente de elegancia, que se distinguen claramente los pilares fundamentales que definen al Han Solo de 1977, ese cínico fanfarrón de gatillo fácil y actitud despreocupada que trata de ocultar a una persona de buen corazón (ese otro Han Solo que veremos en El Retorno del Jedi y mágicamente veremos que ha vuelto a desaparecer el El Despertar de la Fuerza: “soy un canalla porque el mundo me ha hecho así”, “no confío en nadie salvo en este felpudo con patas que tiene una deuda de vida conmigo”, “con esta actitud, nadie me la juega”, “disparo primero” y “reniego de ser un héroe, pero en el fondo lo anhelo”. Y toda esta personalidad la forja durante casi todos los hechos que se narran de él en la trilogía original: Han nace en Corellia, Han pudo haber estado unido al Imperio, Han conoce a Chewie, Chewie se une a él de por vida, Han y Chewie se meten al contrabando, Han conoce a Lando (un charlatán, un timador, un sinvergüenza), ergo Han conoce al Halcón Milenario, Han le gana el Halcón a Lando en una partida de sabacc, Han hace el corredor de Kessel en 12 parsecs... Al actor se le nota el esfuerzo, se le nota el énfasis por imitar los gestos de Ford y se le nota que con un guión más redondo podría haber llegado a brillar. Creo que nadie puede (o debe) ensañarse con él por este resultado final tan descafeinado aunque, insisto: correcto.

En resumen: el querer abarcar todo lo que sabemos del personaje, no sólo en una película, sino en tan sólo unos días de su vida, desvirtúa ligeramente a la leyenda. Resulta poco verosímil y convierte al carismático contrabandista en un joven con una personalidad muy limitada. Aunque bueno, esto es lo de siempre: el cine no puede tener la profundidad de la palabra escrita porque no hay tiempo y “bla-bla-bla”. Pero con todo, creo que se podría haber construido el personaje con más desenvoltura y sin forzarlo todo. Vuelvo a lo mismo, el problema está en el “timing”, en la falta de dinamismo para abordar ciertos clichés a costa de acortar el desarrollo de los personajes principales.


Compartida la impresión general, paso a desgranar cada una de las particularidades que nos muestra la cinta. A continuación, mi análisis milimétrico de la película y todo lo que abarca:


Las similitudes con el Solo del Universo Expandido

Sin detalles específicos, sólo a grandes líneas, la película devuelve al canon oficial al Han Solo original: un joven huérfano de Corellia criado entre contrabandistas y criminales, que acaba buscando su sueño de ser piloto a través de la Armada Imperial, su sueño es frustado y acaba cruzando su vida con la del wookie Chewbacca a quien libera de una vida de esclavitud, para que ambos acaben (de vuelta) en el mundo del contrabando.

Para mí este era uno de los aspectos más importantes del film. Una variación drástica de estas bases del argumento podrían haber ampliado notablemente esa falta de empatía con los personajes. Si desde que se confirmó esta película tuve dudas sobre ella, es precisamente por el personaje de Han Solo cuenta con una de las historias de origen más desarrolladas del Universo Expandido y sabía que no lo copiarían literalmente. Aunque visto lo visto, haberlo contado tal cual, habría funcionado a las mil maravillas.

En la película vemos un Han Solo que quiere ir por libre con su amor de juventud (Qi’ra) y escapar de esa organización criminal de los bajos fondos industriales de Corellia que los tienen esclavizados desde niños, robando para ellos. Cuando se escapan parecen vendernos a esta especie de “Bonnie y Clyde” galácticos, pero la principal sensación que transmiten es la de una relación amorosa bastante artificial. Desconozco si es algo guionizado intencionadamente (que nos quieran evidenciar que él es un completo ingenuo y que ella ya escondía cierta vileza desde joven) o si es un problema actoral, más adelante me centraré en esto. El caso es que ambos se separan, ella queda atrapada en Corellia capturada por sus enemigos, y él se ve obligado a enrolarse en el Imperio para escapar del espaciopuerto. Más adelante, Solo se cruzará con Tobias Beckett, quien será su puerta de reentrada al mundo criminal en un cursillo avanzado de un par de semanas.

Bien, llámenme iluso, pero creo que para forjar una personalidad necesitas una vida (años) para desarrollarla. Así es como era en los orígenes de Han Solo del Universo Expandido (Legends). El huérfano preadolescente Han Solo, sobrevivía en las calles de Corellia soñando con ser piloto y robando lo que buenamente podía (algo así usaron para crear el personaje de Ezra Bridger en Rebels), hasta que un día se cruza con Garris Shrike: contrabandista, ladrón profesional y a ratos, cazarrecompensas. Un criminal de poca monta con su propia banda. Sería el equivalente de Tobias Beckett (Woody Harrelson) en la película, aunque Shrike representa un mentor bastante más cruel y despiadado que el traicionero pero divertido perdedor de Beckett. Shrike ve el potencial de Solo para sus planes y lo adopta en su tripulación criminal. En esas “aventuras” iniciales con la banda de Shrike, Han conoce a Dewlanna, una wookie de la banda que acabaría cumpliendo con el rol de la madre que nunca tuvo y con ella aprendió el idioma Shyriiwook de los wookies. Han aprendió durante su adolescencia todos los trucos y maniobras para sobrevivir en los bajos fondos en los que reinaban los sindicatos del crimen. Pero cuando Shrike empieza a dar golpes cada vez más peligrosos y viles, Dewlanna empezó a temer por la vida de Han, a quien quería como a su propio hijo, y quiso darle la oportunidad de encontrar una vida mejor alejándole de las garras de aquel pirata. Esto la acabará llevando a sacrificar su vida para liberar a Han, aportando la carga dramática necesaria para detonar una personalidad llamativa. Prometiendo honrar los últimos deseos de Dewlanna, Han se dirigió a Coruscant para cumplir un sueño de su infancia: inscribirse en la Academia Imperial para convertirse en piloto. A pesar de sus métodos poco ortodoxos, el talento de Han como piloto lo ayudó a ascender en las filas, y pronto se graduó entre los primeros de su clase.

Como oficial imperial y como por capricho del destino, fue asignado a operaciones de trabajo esclavo wookie. En un día fatídico, Solo se encontró con un wookie que había matado a un pelotón de soldados de asalto para liberar una nave llena de niños wookie esclavizados. Recordando el sacrificio de Dewlanna, Solo se negó a cumplir la orden de ejecutar al wookie renegado y organizó su huida así como la de otros cautivos de Kasshykk, unas acciones que le llevaron a un consejo de guerra y a una baja deshonrosa de la Armada Imperial. El hecho de ser humano y corelliano, y haber cosechado numerosos méritos en su carrera, fue lo que impidió que le ejecutaran por insubordinación y traición.

Sin ningún otro lugar a donde ir, Solo regresó a una vida de crimen, convirtiéndose una vez más en un contrabandista. Al poco el wookie al que liberó acudió a él para seguirle a donde fuera, presentándose con el nombre de Chewbacca y jurando una deuda de por vida por lo que había hecho. Un voto wookie inquebrantable de proteger y ayudar siempre a la persona que lo salvó. Aquello no hizo más que irritar a un Solo cuyo desaliento, después de renunciar a su sueño de convertirse en piloto de la Armada Imperial, se trasladó a su perspectiva de cargar con aquel wookie durante el resto de su vida. A pesar de rechazarlo inicialmente, Chewbacca no dejó de seguirle y, con el tiempo, después sacar a Han de más de unas cuantas situaciones peliagudas, acabaron forjando una amistad para toda la vida.

Más adelante, Han volvería a encontrarse con su “mentor”, Garris Shrike.

Por favor, que nadie me diga que no era el argumento perfecto para arrancar la película. Se podría haber incluido igualmente a Qi’ra en el arranque en Corellia, y se podría haber prescindido de Dryden Vos (Paul Bettany), y haberse centrado en Garris Shrike/Tobias Beckett como principal villano.

Ya paro. Todo el mundo tiene en mente su película perfecta y no voy a seguir divagando sobre lo que podría haber sido el argumento. Principalmente, porque quizás está es la película de Star Wars de Disney que menos me ha molestado en ese aspecto. Pero la película siempre pertenece a sus creadores, es su película y siempre lo respetaré. Pero sí que animaría a Disney a que rescataran íntegramente las historias del UE que realmente tienen solidez y potencial, ya que la audiencia general y gran parte del fandom desconoce la profundidad de la saga a la que dicen venerar. Y no me quejaré en este caso, ya que a grandes rasgos, lo han respetado y no han tergiversado la mitología de Solo, como sí que se ha hecho con los mandalorianos, Thrawn, las brujas de Dathomir o el personaje revelación que muestran al final de esta película (ahí no estuviste fino, Filoni).



El contexto de la Era Imperial

No hace falta ser un lince para ubicar temporalmente esta historia. Estamos en pleno auge del Imperio Galáctico de Palpatine y todavía no se ha constituido oficialmente la Alianza Rebelde. Varios años después de La Venganza de los Sith y antes de Rogue One.

La película no aborda en exceso el Imperio ni a los Rebeldes, y mucho menos, a la Fuerza y los jedi. Nuevamente vemos lo arriesgado del proyecto, ya que las espadas láser y la guerra contra la revolución armada de la Alianza Rebelde son los dos principales reclamos de esta saga para los que sólo ven la superficie.

Pero al menos ahí tenemos al Imperio. Discreta pero constante es la presencia del Imperio Galáctico, teniendo en cuenta que se trata de una película que va a retratar la esfera criminal de la galaxia. Me ha gustado mucho este nuevo enfoque de Imperio opresor que controla las aduanas y las fronteras y que recluta a los más pobres para mandarlos a la línea de fuego. También me ha gustado humanizarlo o lo que es lo mismo, reflejar sus defectos. Nos muestra una agente de aduanas corrupta, que deja pasar a dos prófugos por el precio adecuado, o a ese agente de reclutamiento que parece ligeramente aburrido. Precisamente en esta escena de la oficina de reclutamiento del puerto de Corellia, y sólo para oídos atentos, se puede ver de fondo un “holovídeo” de reclutamiento en el que se narran las bondades de la Armada Imperial proyectando los vehículos de guerra más icónicos; pues este vídeo tiene un hilo musical, y curiosamente, se trata de una variación de la marcha imperial. Me resultó divertido ese efecto de romper la cuarta pared a la inversa, es decir, meter en la historia una música que sólo conoce el espectador desde fuera.

Una pena, por otro lado, la falta de nitidez en el CGI en las pocas escenas de acción en las que vemos vehículos y naves imperiales. Al principio podemos ver desde la superficie de Corellia la construcción de dos destructores en los astilleros orbitales, esta imagen ya se adelantó en los tráilers y se veía ligeramente artificial. Para mi sorpresa, el resultado visual final es el mismo que el del tráiler.

Más adelante, en esa difuminada escena de guerra en un planeta que no recuerdo si se nombra (no se nombran los planetas en esta película, dato curioso). Entiendo que se trata de Vandor, que es el escenario de la escena del asalto al tren, ya que no se muestra que hagan un viaje espacial, por lo que simplemente habrán cambiado a unas coordenadas más fría del planeta. Me centro en lo que venía a decir: Han se alista al Imperio, y la primera escena que sigue a continuación es una batalla campal entre soldados del imperio (curiosamente sin la armadura de stormtrooper) y los habitantes de un planeta que se resiste a ser sometido. Me gusta mucho el concepto de guerras planetarias dentro de una galaxia que en palabras del Emperador permanece en paz, tras los problemas causados por la República y los Jedi, los cuáles permitieron el movimiento secesionista (la verdad es que esto puede pasar por la situación política actual de España, y por ahí no sigo). El caso es que en el tráiler pudimos ver unos segundos de esta batalla, y una nave descargaba un AT-ST a toda velocidad y listo para el ataque. En la película me da la sensación de que ese instante aparece recortado, y en contrapartida, en lugar de ver una batalla, lo que vemos es mucho polvo, disparos láser y un Tobias Beckett infiltrado como oficial que arenga a las tropas para la victoria. A continuación, la batalla se suprime y no vemos el choque como tal. Me resulta sorprendente que con el presupuesto que trae esta película, no se le hayan podido dedicar tres minutos a visualizar un enfrentamiento bélico. Llevaba semana imaginando cómo combatiría ese AT-ST, y apenas he podido verle.

Más adelante en Kessel, el Halcón se enfrentaría a un escuadrón de cazas TIE y lo que parecen bombarderos TIE. Digo “parece”, porque todo se ve tan extrañamente borroso que no se pueden apreciar correctamente ni el escenario espacial ni las naves que interactúan con el Halcón. Como digo, el CGI canta un poco, y donde más se nota es allí donde aparece el Imperio. El apartado visual en Rogue One es infinitamente mejor, ya no hablemos de cuidada estética de Los Últimos Jedi. No entiendo cómo puede ser que Han Solo se haya quedado tan descolgada en este aspecto.

Lo dicho, creo que habría sido conveniente dedicarle unos segundos más al Imperio. Aunque acuden a la alarma por el motín de las minas de Kessel, la implicación del Imperio con los esclavistas y su presencia no parecen explicarse bien. Recordemos el fino equilibrio entre el Imperio y los sindicatos del crimen en el UE. El Emperador, consciente de que era imposible gobernar con mano de hierro en todos los rincones de la galaxia, hacía negocios abiertamente con el Sol Negro, permitía que los Hutt tomaran lo que quisieran del borde exterior, y subcontrataba cualquier negocio de explotación al mejor postor. Hubiera sido interesante añadir esa falsa moral de un Imperio que dice instaurar la paz, a costa de explotar a la ciudadanía galáctica.

Como digo, son simplemente matices para enfatizar esta visión del Imperio que la película nos ha dado.



Corellia, bastión de la raza humana

Al fin se deja ver Corellia. Admito que me emocioné en exceso cuando surgió un falso rumor sobre el Episodio VIII en el que se decía que saldría Corellia y el funeral de Han Solo, asociando las imágenes del rodaje para Canto Bight. Y es que siempre he ansiado ver en la gran pantalla Nar Shaddaa, Corellia y Kessel, y esta película me hace un dos de tres, y no están mal.

Hay un gran problema en cierta concepción que tienen los fans (y no sólo los fans) sobre los planetas de Star Wars, y es que su superficie sea completamente la misma en todos los puntos del planeta: el planeta desierto, el planeta de hielo, el planeta de nubes, el planeta de bosques de secuoyas, el planeta ciudad, el planeta de sal, etc. Como tal, hay que tener una visión más amplia para imaginar distintos climas y accidentes geográficos.

En lo que respecta a Corellia, nos lo introducen como un planeta constructor de naves. Quizás sea una definición más propia de Kuat, pero no está desencaminado ya que las naves corellianas son las que más calado pueden tener en la galaxia, y han sido usadas por todos los bandos y con distintos fines. El caso es que Corellia tiene grandes ciudades con gran actividad industrial, pero a la vez, un sector agrario potente y campos verdes, granjas y poblaciones pequeñas, así como sistemas montañosos nevados. La película nos muestran los bajos fondos de una ciudad industrial con espaciopuerto (podría ser Coronet, la capital), donde una tal Lady Proxima orquesta el crimen organizado con un supuesto ejército de niños ladrones al que le exige un botín constante, se insinúa que el Imperio no puede ejercer un control absoluto de la galaxia y las bandas criminales comienzan a florecer en todas partes, y la principal moneda de cambios son los escasos hipercombustibles. Corellia se convierte en un caldo de cultivo ideal para toda clase de actividades delictivas. Como planeta humano, también es perfectamente lógico que el Imperio tenga un gran centro de captación para nuevos reclutas. Además, Han dirá más adelante como detallito, que su padre trabajaba en una fábrica de cargueros ligeros YT, como el Halcón Milenario.

Como digo, todo casa y es perfectamente coherente. Ahora, hagamos una comparación exhaustiva con la Corellia del UE. Se dice que el sistema corelliano, así como otros que acabaron siendo poblados por la raza humana, fue diseñado y creado en el pasado por una raza de terraformadores, dadas las perfectas proporciones de sus planetas y la integridad de su estrella. Aunque se asocia a Coruscant el origen de los humanos, hay unos pocos historiadores que sugieren que Corellia podría haber sido el planeta del que surgieron los seres humanos. En cualquier caso es uno de los principales mundos humanos, junto a Alderaan, Kuat, Chandrila y Mandalore (y Naboo, Pamarthe y Hapes en menor medida).
La gran importancia de Corellia radica en que fue el lugar de nacimiento del hiperimpulsor y el punto de partida de los viajes hiperespaciales y la colonización de los bordes exteriores. Los ingenieros y tecnólogos corellianos (p.ej. la Corporación de Ingenieros Corellianos) se convirtieron en exploradores y luego en colonos de otros mundos.

Otro dato curioso es que Corellia fue en origen una monarquía absolutista hasta que un rey instauró la democracia en todo el sistema. Este rey se llamaba Berethron e Solo (sí sí: Solo). Con el paso del tiempo los conglomerados de corporaciones multi-estelares ejercieron tanta influencia en el planeta que obligaron a la Casa Real Solo a abdicar en favor de un nuevo sistema de gobierno menos restrictivo con el libre comercio. El apellido Solo fue perdiendo nobleza y poder progresivamente, hasta ser heredado por un famoso contrabandista que desconocía que era de sangre real.
Esto choca con la forma tan llana e irrelevante con la que Han consigue su apellido en la película al alistarse en el Imperio. De hecho, tengo que ver la versión original para contrastar de dónde lo han traducido exactamente. ¿Hacen “spanglish”? ¿Tiene sentido que en la galaxia se hable español o es que hay otra traducción? En español, estás solo, pues te apellidan Solo; pero en inglés, ¿no deberían llamarle Han Lonely o algo así? No acabo de entenderlo.
En cualquier caso, lo de la estirpe real es algo que no me interesa recuperar en absoluto. Me recuerda al argumento de Spaceballs, cuando Bill Pullman descubre que es un príncipe y vuelve corriendo a casarse con la princesa. No pasa nada por no abrir el melón del heredero al trono de Corellia...

Uno de los aspectos más interesantes del UE que nunca se ha tratado en las películas es el de la supremacía humana del Imperio. El racismo contra los no-humanos viene de lejos, pues ya el Imperio Sith trataba a los seres alienígenas como ciudadanos de segunda, el caso es que la raza humana se asocia al Imperio, y por tanto al núcleo y al borde interior, en los que se refugió el Remanente Imperial tras la batalla de Endor. Yo quiero pensar que cuando vemos esa cúpula de la proto-Alianza Rebelde en Rogue One, ese grupo que discrepa del éxito bélico de los Rebeldes y retiran su apoyo a la Alianza son en realidad los rebeldes corellianos. Históricamente en el UE, Corellia ha ejercido una influencia notable en la oposición al Imperio, pero siempre de una forma ambigua y guardando las distancias. También fue un aliado vital de la República, con su imponente flota, durante las Guerra Clon de Legends (las conocidas antes de las secuelas, en las que los clones eran jedis y sith, y no clones de un cazarrecompensas llamado Jango Fett).

Por añadir algo más, creo que Han Solo ha sido una oportunidad perdida de introducir al Sol Negro como dios manda, como la “cosa nostra” galáctica. En Legends, Zekka Thyne fue el capo criminal delegado del Sol Negro que dominaba Corellia en las sombras. Supongo que Lady Proxima cumple con este rol, pero tengo una propuesta con respecto a la oportunidad de introducir al Sol Negro en el canon cinematográfico que desarrollaré más adelante, cuando hablemos del oscuro personaje que la película rescata al final de la misma.


Chewbacca, la leyenda


Chewie creo que ha sido lo que más me ha gustado en la película. Más que Lando, del que esperaba mucho más. Su entrada en escena me encantó. Su apariencia con el pelo mojado y lleno de barro, la forma en que machaca a Han y los primeros momentos con él. Ojalá no hubiera visto los tráilers (siempre digo lo mismo), porque lo de los 190 años y Han enseñándole las cartas en la partida de sabacc, son dos momentazos. Nada que objetar. Chewbacca siempre será uno de mis favoritos, especialmente cuando le arranca los brazos a alguien.


Los guiñitos

Hay un número importante de guiños, referencias y “huevos de pascua” repartidos en las conversaciones y en apariciones fugaces, dentro de Han Solo. Todos están francamente bien.

  • Los dados de Han. No están precisamente ocultos o integrados sutilmente en un fotograma, como sí lo estaban en la trilogía original, pero los icónicos dados de nuestro querido contrabandista gozan de varios primeros planos y van adquirir una personalidad propia. Ahora ya no quedarán para el recuerdo como un atrezzo hortera (o al menos, no del todo). Han lo conservará para recordarle la traición de Qi’ra y convertirse en una persona desconfiada. Son parte de su esencia, y ahora este símbolo cobra mucho más peso en Los Últimos Jedi, un objeto con el que Luke y Leia recuerdan a Han con añoranza.
  • El detonador termal de piedra. Una referencia curiosa es la de usar un detonador termal para echarle un órdago a un gángster criminal. Leia se lo echó a Jabba con uno de verdad para infiltrarse en su palacia. Aquí el joven Han utiliza una piedra, aunque el resultado es un poco diferente...

  • Será destinado a la Academia de Carida. Esta frase (o algo muy parecido, no tengo la cita literal), es pronunciada por el agente de reclutamiento de Carida cuando Han se alista en la Armada Imperial. Quizás es mi guiño favorito, ya que como digo insistentemente, hay elementos del UE que son muy poderosos y altamente susceptibles de recuperar en el canon, y me ha encantado que le hayan abierto las puertas a Carida, el planeta donde se forman a las tropas de asalto.

  • Debimos contratar a Bossk, dice Val antes del golpe del tren. Ya habíamos visto al trandoshano más conocido en Clone Wars (a parte de su aparición en El Imperio Contraataca), formando equipo con un joven y torpe Boba Fett, Dengar y Asajj Ventress. Al margen de Ventress, ninguno de esos inexpertos criminales parecía competente como para acabar siendo cazarrecompensas y asesinos. No eran buenos ni siquiera como piratas o guardaespaldas. Pero Clone Wars y Rebels han tendido a ridiculizar a cualquier personaje sin miramientos. En cualquier caso, es factible que Bossk se dedicara al contrabando antes de capturar o matar a otros seres por el precio adecuado.
  • Tú eres Tobias Beckett. Eres el que mató a Aurra Sing. Esto lo dice Lando al encontrarse con Beckett y, la verdad, escama un poquito. Aurra Sing era sensible a la Fuerza y llevaba desde antes del Episodio I siendo una cazarrecompensas de gran reputación. Mucha suerte tuvo que tener el amigo Beckett para acabar con Sing, viendo que no es un criminal de mucho éxito… Pero habrá que creérselo…

  • Dryden Vos... ¿Quinlan Vos? Los apellidos abundan en esta galaxia, y salvo los Skywalker y los Antillies, no es habitual que se repitan. El nombre de este villano, me hizo pensar instintivamente en el icónico maestro jedi Quinlan Vos (sobre el que no me pararé aquí a rememorar su historia). Pero no, no hay ningún parentesco confirmado entre los dos, así que lo dejaremos como una curiosa coincidencia.

  • Las reliquias de Indiana Jones entre los trofeos de Dryden Vos. Dryden Vos tiene una nave del tipo pisito de soltero flotante con salón para guateques en el que tiene expuesta una colección de objetos valiosos. Entre otras cosas, para ojos atentos, veremos las reliquias de la trilogía de Indiana Jones: la más fácil el ídolo azteca de la fertilidad del comienzo de “En Busca del Arca Perdida”, que se deja ver en algunos planos detrás de Alden Ehrenreich. Luego casi fugazmente, o prácticamente imposible, se podrían identificar las piedras sagradas de Sankara de “El Templo Maldito” y el Santo Grial “La Última Cruzada” (yo no he podido verlas, pero Ron Howard dice que están).

  • Armadura mandaloriana. La colección de objetos de Vos es amplia (parecen identificarse en vitrina un holocrón jedi o sith y una estatua similar a las del Senado de Coruscant) y frente una de las ventanas centrales, una armadura mandaloriana roja se encuentra mirando al interior de la sala. Esto ya se había filtrado, pero algunos pensaban que se trataría de un personaje mandaloriano y no de una armadura expuesta.

  • ¿Pez de Naboo?, ofrece Dryden Vos a sus invitados cuando regresan con el botín. Se está refiriendo al pez garra Colo de los mares subterráneos de Naboo (sí, el segundo en atacar el transporte submarino de Jar Jar, Qui-Gon y Obi-Wan en el Episodio I, en otras palabras, el monstruo mediano, el que tiene cráneo de cocodrilo, garras de dinosaurio y cuerpo de anguila). Como vemos, empiezan a acumularse las referencias a La Amenaza Fantasma.

  • Similitudes estéticas entre la fiesta de Dryden Vos y el casino de Canto Bight. Vemos que donde hay dinero, hay gente hortera, ya sea en este universo o en galaxias lejanas.

  • Scariff. Otra referencia directa a Rogue One es la mención de Qi’ra al planeta-archivo de máxima seguridad de Scariff, planeta en la que se desarrollará la primera gran batalla de la Alianza Rebelde contra el Imperio. En la película, Qi’ra dice que posiblemente podrían encontrar una fuente de coaxium en una cámara acorazada de Scariff.

  • Racismo droide con L3-37. La peculiar droide de Lando funciona perfectamente para ridiculizar la lucha obrera y las reivindicaciones sociales, les ha quedado el detalle muy bien hilado y subliminal: “esa es una actitud errática”, te lanzan desde el producto de consumo. Muchos dirán que Disney se quiere marcar aquí un tanto con el feminismo, pero el personaje de L3 está tan mal construido y dispone de tan poco tiempo que su figura queda muy desvirtuada. El caso, es que como ya viéramos en la cantina de Mos Eisley, existe cierto desprecio por los droides con inteligencia artificial y aquí L3, muy contestona ella, se indigna mucho por el trato recibido en el antro en el que Lando hace su particular “juego de cartas”. Una oportunidad perdida para evidenciar el daño que las Guerras Clon causaron a la imagen pública de los droides, en una sociedad galáctica muy antigua en la que seguramente el origen de la inteligencia artificial debió desencadenar un conflicto en el pasado.

  • Chewbacca aprende a jugar al Dejarik. Y en su primer contacto con el juego ya intenta aplastar a los hologramas. Uno de los momentos más divertidos de la película.

  • Las fauces de Kessel. Otro elemento rescatado del UE que provocó una leve vibración en mi corazón es el de las Fauces de Kessel (de la trilogía de novelas de “La Academia Jedi”). Las Fauces son un cúmulo de agujeros negros cercano a Kessel y a sus minas de especias, que ocultan la instalación imperial secreta que vio nacer a la Estrella de la Muerte en el antiguo canon. Allí se esconden otras tres Estrellas de la Muerte esperando su momento, y la superarma “Triturador de Soles”. Por supuesto a día de hoy, rescatar la instalación de las Fauces del UE es absurdo, pero al menos los agujeros negros en torno al Corredor de Kessel están ahí. Recordemos que el propio planeta Kessel ya es mencionado el la primera entrega de la saga por C-3PO: “Nos enviarán a las minas de Kessel o quién sabe lo que nos harán”.


  • Las colonias mineras son lo peor, frase irónicamente pronunciada por Lando, pues él acabará regentando la extracción de gas tibanna de Bespin, y, de acuerdo al Universo Expandido, no será la última vez que trate de hacer fortuna como fundador autónomo de una colonia minera.

  • Chewbacca el desmembrador. En un determinado momento, tras una escaramuza, Chewie se queda en sus garras con los brazos de un carcelero. Guiñito guiñito a la fama de desmembrar a sus enemigos de los wookies, que Han le cuenta a C-3PO en Una Nueva Esperanza.

  • Beckett llevando el atuendo de Lando en El Retorno del Jedi. Beckett adquiere el rol de guardia de seguridad de Qi’ra cuando se infiltran en las minas de Kessel haciéndose pasar por esclavistas con intención de vender mercancía. El atuendo de Woody Harrelson es el mismo que el de Billie Dee Williams cuando está infiltrado en el palacio de Jabba.

  • Los droides esclavos de Kessel. Tengo ganas de volver a ver la película para fijarme más en los detalles. Y es que Kessel nos ofrece una colección maravillosa de droides clásicos y algunas mazclas de diseños de todas las épocas: Muchas unidades R2 diferentes, un droide gonk libertario o ese fugaz droide a las puertas del castillo de Maz Kanata del Episodio VII. Destacar el dispositivo que anula el libre albedrio de los androides, el mismo que ya vimos conectado a R2 cuando es esclavizado por los jawas.

  • Warwick Davis. Otro cameo digno de convertirse en el “Stan Lee de Star Wars” es el de Warwick Davis, que interpreta a uno de los miembros de la “banda” de Enfys Nest. Este personaje resulta ser Weazel, otro rescatado del Episodio I, que también interpretó Davis. Parece que Weazel, al que vemos junto a Watto durante la carrera de vainas, ha pasado de codearse con jugadores y timadores a combatir el crimen.
  • “Te odio” / “Lo sé”. Diálogo gratuito que nos hace un guiño a la improvisación más laureada y aplaudida del cine, la de Harrison Ford en El Imperio Contraataca con Carrie Fisher (“Te quiero” / “Lo sé”). En este caso el “te odio” viene de Lando al ver a su querido Halcón hecho unos zorros, después del pilotaje atropellado de Han. Esta referencia, aunque graciosa, no es demasiado acertada.

  • El cartel Hutt. Quizás no hace falta decirlo, pero antes de morir, Tobias Beckett menciona una posibilidad de negocio en Tatooine con el cartel Hutt. Esto unirá irremediablemente el destino de Han Solo con el del gángster Jabba Desilijic (Jabba ‘el Hutt’).

  • “Han shot first”. Sin ningún tipo de composición alegórica, Ron Howard nos deja claro quién dispara primero en la cantina de Mos Eisley. Han asesina sin piedad a quien hasta hace poco era su socio y mentor, Tobias Beckett. Pasa de 0 a 100 en unos segundos, evidenciando la falta de desarrollo que carga el personaje a sus espaldas. El Han tierno, optimista y dicharachero se convierte en un asesino a sangre fría, sin una muestra aparente que nos conduzca a ello. Es cierto que acaba de ver cómo Qi’ra se va con la nave y le deja tirado y traicionado, pero no existe una muestra evidente del dolor que esto debería generarle. Alguien tendrá que matar a Greedo unos años después, pero a continuación profundizaré sobre el tema de la gestión de tiempos y de las escenas, así como la necesidad de alguna sorpresa en el guión.


Dos bloques, poco tiempo para desarrollar personajes y una Qi’ra incongruente


Analicemos estructuralmente la película. Mejor aún, analicemos las motivaciones que llevan a hacer esta película y lo que quieren contar en ella, para llegar a la base donde radican sus posibles defectos. En Disney han tomado una línea de acción muy concreta: todo lo que nos evoque a Star Wars (1977) se puede tasar y revender. Visto el éxito que tuvo la reaparición de Han Solo en El Despertar de la Fuerza, y que quizás es el personaje de la trilogía clásica con más posibilidades de explotar una historia, fueron a por él. La elección estaba hecha, ahora bien, imaginemos la siguiente conversación en la cúpula de Disney-Lucasfilm:

-¿Qué es lo que la gente sabe de Han Solo?

-Que se dedicaba al contrabando, que se une de por vida a Chewbacca, que hizo el corredor de Kessel en 12 parsecs y que el Halcón Milenario se lo ganó a Lando en una partida de cartas.

-Muy bien, pues contemos todo eso tal cual.

-Habría que añadir algo de profundidad.

-¿Qué hay en el universo expandido?

-Que tiene una especie de mentor que le enseña a delinquir.

-Vale, metemos un personaje así, y además, un personaje femenino fuerte…

-Umm, se me está ocurriendo a alguien para ese papel…

-Jaja, ¡a mí también! Lo único que aquí no hay jedis, ni la Fuerza, ni guerra…

-Pues le damos un toque cómico. Al director de “Los Cuatro Fantásticos” hay que quitárselo de encima pero ya. ¿Llamamos a los directores de la “Lego película”?

-Venga, chachi.

-Pues ya lo tenemos listo. Adelante con la película.

-Pero ¿y por qué no le damos la vuelta a alguna historia ni añadimos algo nuevo?

-Quita quita. Vamos a darle a la gente lo que quiere, sin complicaciones.

-Pero si miramos las opiniones del Episodio VIII y de Rogue One…

-Mira las recaudaciones. Eso es lo importante.
En mi cabeza, imagino así que comenzó un proyecto que se encontraría muchísimos problemas durante el rodaje. Muchos fueron los que empezaron a alertar a los de arriba de la libertad y la falta de sangre con la que los directores Phil Lord y Christopher Miller estaban trabajando. Tal fue el revuelo causado que mandaron a Lawrence Kasdan (recordemos, el guionista de esta historia desde hace años) a supervisar lo que se estaba haciendo. La reacción ante lo que estaban haciéndole al personaje fue bastante definitoria: tras una llamada a Kathleen Kennedy (presidenta de Lucasfilm), se acabó llegando al despido de los directores. Se llegó a confirmar que a Alden Ehrenreich se le asignó un “acting coach” para ayudarle a redirigir el personaje a un registro distinto al que había tenido durante el rodaje hasta ese momento. Aquí no hablamos de regrabaciones como en Rogue One, aquí estamos hablando de un cambio de rumbo en toda regla a mitad del viaje (80% del metraje total rodado). Nuevamente apostaron sobre seguro y llamaron al veterano Ron Howard para arreglar el desaguisado. Desde luego si lo que querían era restar humor, lo han conseguido, porque todos los chistes y los momentos supuestamente hilarantes son demasiado estáticos, demasiados clichés, como para que fluyan de forma natural desembocando en una risa o una carcajada.

Desconozco en qué medida afectó todos esto al guión o a la estructura general de la película, pero se pueden diferenciar claramente dos partes en la película: por un lado, desde el arranque del joven Han Solo hasta las consecuencias del asalto al tren, y luego desde la presentación de Dryden Vos hasta el desenlace. Y aunque todo queda bien hilado y no parecen atisbarse diferencias de criterio artístico, hay carencias importantes en la planificación de personajes por las que cuatro de ellos (y alguno más por asociación) salen perjudicados. Por un lado Val y Rio, y por el otro Lando y L3. Al principio se nos presenta a Val y a Rio sin demasiados quebraderos de cabeza, y justo cuando están empezando a funcionar la escena del tren acaba con la muerte de ambos. De un plumazo nos quitan a la gran actriz Thandie Newton (como Val, aunque habría funcionado inmensamente mejor como Qi’ra en todo el metraje), sin haber dado tiempo a establecer una conexión emocional suficiente como para que su muerte cause el efecto deseado. Lo mismo ocurre con Rio Durant. Justo cuando su presencia empieza a hacer gracia, uno de los esbirros de Enfys Nest se lo carga vilmente (menos mal que estos venían de salvadores del débil).

La muerte de Val, al menos sirve para descubrir la naturaleza de Beckett, quien tras la primera impresión de la muerte de la que era supuestamente su amada, su máxima preocupación es la deuda que han adquirido con Vos. Aunque Beckett es un personaje que tira continuamente de la película, llama la atención que por un lado no quede demasiado afectado por la muerte de su tripulación y por el otro se preocupe por la seguridad de Han y Chewbacca, diciéndoles que se vayan de allí por patas, que Dryden Vos no los conoce y tienen una oportunidad de escapar. No queda muy claro si Beckett ya se está dando por muerto, o si, por el contrario, pudiera estar urdiendo alguna estratagema. En cualquier caso, esa ambigüedad es correcta, es el tipo de cosas que hacen que el personaje tenga tanto peso y lleve la película. Como decía, aquí acabaría esta primera parte de la película, para mi gusto la mejor. La escena de entrada de Chewbacca y el asalto al tren de coaxium son prácticamente impecables. Me gustaría haber podido ver más tiempo a los soldados de asalto que protegían el tren, porque el arte conceptual con las botas magnéticas me tienen fascinado desde hace tiempo.

Entramos en la segunda parte de la película y da la sensación de que el contador empieza a cero otra vez. Nada de lo acontecido hasta ese momento, va a adquirir especial relevancia. Reaparece Qi’ra, misteriosamente vinculada a la organización de Vos, y el reencuentro es tan atropellado y carente de sentido, que la película se lleva el primer patinazo serio. Ni el personaje de Qi’ra ni Emilia Clarke son convincentes, pero ya hablaré de ella más adelante. El caso es que todo nos lleva a conocer a Lando casi en el último tercio de la película, y aunque sus diálogos con convincentes, divertidos y fieles al personaje, y aunque Donald Glover está realmente bien, a Lando le falta metraje. Tanto con él, como con L3, siento que no han tenido la oportunidad de presentarse y desarrollarse adecuadamente. En el caso de L3-37, tienen que comprimir tanto sus apariciones, que su personalidad ácida acaba resultando chirriante y excesivamente intensa. Disney ha querido tender tanto su mano al feminismo que en el caso de este droide feminizado (que no femenino), les ha explotado en la cara. ¿Es necesario que un androide ande como si llevara tacones para identificar su género? ¿Es necesario que haga oscilar sus caderas para ello? ¿Nos quieren decir que la visión de Disney de una mujer feminista y reivindicativa es el de una androide provocadora que está chillando continuamente por todas las opresiones que sufre por género, raza (droide) y por su (¿compañero sentimental?) Lando? No, L3 no ha funcionado como debería, ni mucho menos. Hay un momento en el que deseas que se calle de una vez, y eso que tiene pocas escenas.

Y es que debe tenerse en cuenta el tiempo que se necesita para desarrollar a cada personaje y saber priorizarlos. No me metas a Val y Rio en la primera parte de la película; omítelos o réstales peso en favor de Lando Carlrissian y la androide que se convertirá nada más y nada menos que en el ordenador central del Halcón Milenario. Dales el tiempo que necesitan, y lo mismo la audiencia consigue creerse esa extraña relación amorosa que tienen. Sin tener que recurrir a diálogos en los que Lando insinúa que es posible tener relaciones sexuales con un droide (sí, amigos, eso es lo que nuestro amigo afrocorelliano deja leer entre líneas), sería posible llegar a sentir empatía por la relación entre ambos cuando ella muere. No acaba de funcionar el que un personaje como Lando sienta tal apego por la maquinita (no funcionaría que lo sintiera por nadie), y justamente cuando empieza a ser el más divertido de la película, disparan a L3 y se viene abajo. Deja de funcionar y en el clímax abandona la acción del film, sólo para aparecer nuevamente en el pegote de escena de la segunda partida de sabacc.

Como empecé a decir líneas arriba. La segunda parte de la película se desinfla y con la revelación de la banda de Enfys Nest, ya no es posible recuperarla.



Enfys Nest y los niños perdidos

Estéticamente, Enfys Nest ya me enamoró en los tráilers. En el asalto al tren, realmente creí que se trataba de una banda de piratas (los “Cloud-Riders”) a la altura de las circunstancias. Pero el momento en el que se quita el casco es tan desconcertante como la revelación del rostro de Adam Driver como Kylo Ren. No porque la actriz tenga algún cariz de fealdad, que no es el caso, es simplemente que resulta poco convincente ver a una adolescente liderar una banda de criminales, que al final resulta ser una panda de aficionados rebeldes que ayudan a los desfavorecidos. No pude evitar pensar en los niños perdidos de Hook y pensaba todo el rato que en cualquier momento sacarían monopatines y pistolas de pintura hechas con madera, o que empezarían un banquete de comida imaginaria. Este tramo final de la película es muy decepcionante. El plan de Han es tan simplón como poco efectista para la acción de la película: “te escondo el verdadero cargamento y le hago una emboscada a tus esbirros”. Una emboscada que consiste en esconderse y aparecer a tiro limpio. No hay más, ni siquiera una escena de acción convincente, una lucha pseudo-épica o un enfrentamiento entre Enfys y algún guardia destacado de Vos. El concepto no es fallido del todo. Nos han dejado claro con “Rogue One” y “Rebels” que la Alianza se forma con un conglomerado de rebeldes repartidos por toda la galaxia y con distintos objetivos. En este caso, ni siquiera el Imperio es un enemigo común. Es interesante ver que los rebeldes también se las tuvieron que ver con los sindicatos del crimen que operaban a la sombra del Imperio, pero esta panda de chavales, que recordemos al principio asesinan sin piedad a Rio y provocan la muerte de Val, no logran cumplir con el rol. Al final Enfys Nest es una nueva Phasma; visualmente muy atractivas, pero sin nada más que ofrecer.




El Corredor de Kessel en 12 parsecs

Aquí un punto positivo. Al igual que Rogue One parece dar solución a ese agujero argumental que representa el punto débil de la Estrella de la Muerte, durante décadas no son poco los que han replicado la afirmación de Han Solo de que el Halcón Milenario hizo el corredor de Kessel en 12 parsecs, ya que el parsec es una medida de distancia y no de tiempo. Aunque ya se ha dado antes la respuesta que se da en la película, quizás es uno de los datos que más mima a la leyenda de Solo. Puede que muchos (yo al menos), imagináramos el corredor de Kessel por primera vez, como una especie de carrera espacial en la que Han salió victorioso. Más tarde el UE nos explicaría las hostiles condiciones estelares que rodean al planeta rocoso Kessel (el cual, por cierto, no debería ser redondo, si no una especie de asteroide gigante sin atmósfera con forma de patata). El caso es que junto a Kessel están las Fauces, el cúmulo de agujeros negros que cité con anterioridad, y a su alrededor hay también cúmulos de polvo estelar en los que se están formando planetas. “Y resulta de que” sólo existe una ruta segura para cruzar toda esa nebulosa hostil desde la salida del hiperespacio hasta el planeta Kessel, y esta ruta tiene una distancia de parsecs demasiado larga como para que el coaxium puro pueda aguantar sin desestabilizarse e hacer explosión, sin que sea refinado. En resumen, lo que hace Han con el Halcón es cruzar la zona peligrosa para abandonar Kessel con la menor distancia posible: en este caso, doce parsecs… (Más o menos).



Bandas sonoras con corta-pega


Me ha gustado notablemente el tema principal original que John Williams ha compuesto para esta película. Suena a él, sin duda. Para la desgracia del compositor principal, el resto de la música no tiene ninguna identidad y, para su mayor desgracia, lo que más le ha gustado a la audiencia son los temas principales de la trilogía original que directamente se han pegado a discreción en la película.

A mí particularmente, lo de usar íntegramente los mismos temas compuestos para otra película, me saca de lo que estoy viendo. “The Asteroid Field” es un tema compuesto para el Imperio Contraataca cuando el Halcón Milenario huye del imperio en medio de un campo de asteroides. Si no has tenido imaginación para crear una escena que sea diferente, al menos ten la decencia de crear una música original.

No tengo mucho más que decir sobre esto...


¿Qi’ra o Emilia Clarke?

Qi’ra me ha resultado un personaje incomprensible, que no complejo, casi desde el principio. Me pasa un poco como con Jyn Erso en Rogue One, sólo que multiplicado por diez. Si me cuesta comprender las motivaciones de Jyn Erso para convertirse en revolucionaria, aquí me devano la cabeza para tratar de entender las acciones y reacciones de Qi’ra. No es que hablemos de una personalidad enigmática, si no más bien el de una persona bipolar. ¿Quiere a Han? ¿Le ha querido en algún momento? ¿Ha actuado desde el principio y ha jugado con todos? De ser así, ¿a qué vienen esas miradas de adolescente enamorada? ¿Por qué guarda los dados? ¿Le traiciona para salvarle la vida a Han o es que le venía bien matar a Dryden Vos para sus propios intereses? En ningún momento se nos quiere vender una actitud misteriosa, sino que es ella misma en todo momento. Con tantas inconsistencias, se me plantea una duda que parece herir sensibilidades: ¿Emilia Clarke es buena actriz? Las últimas temporadas de Juego de Tronos, su papel como Sarah Connor así como su experiencia en Han Solo, me hacen pensar que no es así. O la opinión pública tiene poca experiencia en lo de ver cine o confunden la belleza con calidad interpretativa. Yo apuesto más porque hay demasiada gente enamorada de esa versión alternativa del personaje de Daenerys Targaryen que ha tergiversado la HBO, y se comportan como hinchas de fútbol enfervorecidos que son incapaces de ser objetivos. Emilia Clarke y su personaje es, con permiso de Paul Bettany, lo más flojo de la película.

Intentemos analizar a este personaje desde el momento en que se reencuentra con Han en la nave de Vos. La reacción de Han es comprensible, sigue siendo un ingenuo enamorado. Pero ella, que tuvo que sufrir la venganza de Lady Proxima en Corellia, que ha vivido lo suficiente como para salir de allí y verse nuevamente esclava del Alba Escarlata, que se ha codeado con personajes tan oscuros como Maul… ¿qué sentido tiene que se comporte como una quinceañera nerviosa y dubitativa? ¿No le guarda rencor a Han? ¿Nada? ¿No se enfada por encontrarle en ese sitio y que nunca fuera a buscarla a Corellia? La forma más lógica de desarrollar esta escena es que ella se quedara perpleja por encontrarse allí con Han, y acto seguido sacara a Han violenta pero disimuladamente fuera de la estancia para advertirle de que huyera de allí cuanto antes, todo ello cargado de ira. Él se habría comportado tozudamente y es entonces cuando habría aparecido Dryden Vos, ante la tensión contenida de Qi’ra. Si le importara lo más mínimo Han y el Alba Escarlata fuera tan peligroso, ¿por qué no se muestra seria, tajante y preocupada, en vez de mostrarse tensa como quien se encuentra a un ex en una fiesta?

Es que, si pensamos en toda la película, la química entre ellos dos no funciona correctamente en ningún momento- Y esto es fundamentalmente porque las reacciones de ella durante toda la película son arbitrariamente incoherentes. Si fuera una persona falsa, lo sería ya desde el comienzo en Corellia, y hay ciertos planos que resultan inquietantes en ese aspecto (parece poder traicionar a Han en cualquier momento). Luego, cuando su fuga de enamorados llega a su fin, ella se queda con los dados de Han. ¿Por qué iba a conservarlos si no le importara Han? Luego, en el viaje de Kessel, se los devuelve después de prometerle que se esta vez sí que se irán juntos a tener la aventuras que él una vez le prometió, como viniendo a confirmar que se ha redimido para ser la misma ingenua que él. Llegados a este momento, creyendo que estaba diciendo la verdad, el cliché sería que ella acabaría muerta y es lo que esperaba; era justo el detonante trágico y lógico que convertiría a Han en lo que es. Y sin embargo, todo había sido mentira: las risas, los besos, las promesas, los dados… Mata a Dryden Vos por razones que desconocemos (no parece en ningún momento que haya sido por salvar a Han), ya que acto seguido contacta con el verdadero líder de la organización (Maul) sin un objetivo claro y se escapa con la nave de Vos, abandonando a Han.

Por otro lado, ¿por qué no se toma peor que Vos la meta en la misión suicida que proponen Beckett y Solo para robar el coaxium de Kessel?

Lo siento. Simplemente no entiendo nada.



“Aquel tío rojo con cuernos del Episodio I” y mi teoría sobre el futuro de los spin-offs

El desenlace nos deja el único elemento que puede dar pie a la continuidad del proyecto. Qi’ra, finalmente muestra su verdadera cara. En ningún momento había cuadrado ni resultado convincente su personaje. De hecho, ni siquiera se había dado pistas para este giro final de 180º. Después de matar a Dryden Vos, a quién supuestamente había dado muestras de temer mucho, le promete a Han una nueva vida juntos antes de que este salga de la nave de Vos para ir en busca de Beckett. Qi’ra cambia de rostro al quedarse sola, y utiliza un objeto de Vos para poner en marcha un intercomunicador holográfico y ponerse en contacto con alguien para informarle de todo lo que ha pasado. El oculto personaje se descubre: Darth Maul. El “rescatado” de una muerte segura y más que segura por Dave Filoni para hacer fanservice en Clone Wars, vuelve al universo cinematográfico convertido en el oscuro líder de uno de los sindicatos del crimen. Por si no le quedaba a alguien claro quién era o lo que era, Maul activa su sable láser al final de su diálogo por alguna razón convincente que a mí se me escapa. Tengo que reconocer que me quedé con la boca abierta al verle. Había sido la única acción valiente de toda la película. Digo valiente porque el público “fan mainstream” y el simpatizante está muy lejos de entender cómo sigue vivo Darth Maul y qué es lo que había pasado con él.

Al final Disney, acaba utilizando la misma técnica que en el Universo Marvel: introducir un “elemento cliffhanger” en un producto de calidad/interés intermedio para que la siguiente entrega genere la necesidad de saciar la demanda de información que te abre esa escena.

Abro aquí una reflexión final por la introducción de Maul en Han Solo. Hasta ese momento, el proyecto de una película de Obi-Wan me parecía la idea más ridícula de todos los spin-offs. Los que vieron en su infancia las precuelas y realmente creen que estas son buenas películas, están como locos por volver a ver a Ewan McGregor como Obi-Wan. Pero analicemos el asunto con un poco de objetividad. El actor me genera mucha simpatía, principalmente por el resto de su carrera, pero no como Obi-Wan. McGregor siempre mantuvo una actitud muy irónica sobre cómo trabajó en los Episodios I, II y III, y su interpretación él sólo frente a pantallas verdes y azules le frustraba y le generaba cierta sorna. Imagino que la tarea de actuar ante la nada no sería el único inconveniente, ya que la lectura de los guiones no debió ser un trago fácil.

Admitámoslo, Obi-Wan Kenobi es el personaje peor tratado de las precuelas. Lucas fue incapaz de desarrollar una relación coherente entre Anakin y Obi-Wan (y, por ende, con Padme). Quizás donde mejor le vimos fue en el Episodio I: distante, respetuoso, decepcionado por cómo Qui-Gon lo arriesga todo por el niño esclavo que encuentran en el Borde Exterior cuando a él lo rechazó varias veces como aprendiz en el pasado, y al final, te crees perfectamente los lazos que le unían a su maestro. Sin embargo, como maestro de Anakin, se convierte en un personaje bipolar y carente de coherencia: por un lado trata con una severidad completamente fallida al joven Anakin, mientras en solitario se comporta temerariamente, vacilando al personal y arriesgándose innecesariamente (totalmente alejado del personaje recto, calculador y meticuloso que debiera ser). Exige continuamente a Anakin que se comporte racionalmente mientras él se dedica a investigar usando fuentes ridículas (recordemos al camarero Dexter, el que tiene más información que la Orden Jedi, el Senado o cualquier otra fuente fidedigna, sobre un planeta secreto en el que se está clonando un ejército), arriesgándose a entrar él sólo en el núcleo del Conde Dooku y los separatistas.

Realmente lo inverosímil de sus acciones viene desde el ineptitud del Consejo Jedi, un consejo más liderado por Windu que por Yoda, que ordena continuamente a Anakin las tareas más absurdas que asignar a un caballero Jedi cuya luminosidad está en duda: proteger a una joven y atractiva senadora de la que está prendado desde niño en un destino remoto ellos dos solos, juntitos y apretaditos (sólo faltó Yoda regalándole una caja de condones), separarle continuamente de su maestro (que es el único que le mantiene en el camino recto) o retirarle la confianza cuando más lo necesitaba. Toda la trama que lleva a Anakin Skywalker al lado oscuro está pésimamente construida y obliga al personaje de Obi-Wan a ser contradictorio, inconsistente y, por tanto, denostado. Basándonos únicamente en las precuelas, es la completa incompetencia de Obi-Wan la responsable de la caída de Anakin en el lado oscuro. Si conocía su relación amorosa con Padme, ¿por qué no se lo comunica al Consejo Jedi? Si no quería delatar a su aprendiz, al que supuestamente llegó a querer como a un hermano, ¿por qué nunca habló con él? ¿Por qué nunca mostró esa complicidad y cercanía que hubiera necesitado Anakin? Te genera tantas preguntas que el personaje queda terriblemente desvirtuado y carente de credibilidad.

Al final, su retiro a Tatooine para cuidar los pasos del joven Luke es lo único digno y rescatable que queda del personaje. ¿Cómo puede nadie demandar una película de Obi-Wan Kenobi en esta etapa cronológica? ¿Qué sentido tiene? Su única misión es pasar desapercibido para, en el momento adecuado, mostrarle el camino de la Fuerza de los jedi a Luke. No dejo de leer a gente que dice que “¿cómo va a quedarse Obi-Wan 20 años sin hacer nada en el desierto sin buscar una aventura?”. En fin, cuánto daño ha hecho Clone Wars a la lógica, la coherencia y el dar paso a la edad adulta.

Pues resulta, que a pesar de todo, el final de Han Solo me ha hecho contemplar una posibilidad de dar una “aventura” coherente para Obi-Wan. Y justo después de planteármelo, vino “Rebels” a joderme el invento. Aún así, os explico mi teoría de una supuesta trilogía de spin-offs en la que Maul sería el personaje central, como villano:


Mi Teoría/Propuesta de trilogía de spin-offs

La reaparición de Maul nos abre un melón interesante. Pongamos que la siguiente película fuera “Boba Fett: Una Historia de Star Wars”. Sinceramente sería una gran oportunidad para hacer una película muy pero que muy interesante. Tenemos la oportunidad de meternos de primera mano en la esfera de los sindicatos del crimen (esto nos puede llevar directamente hasta Maul, e incluso, al Sol Negro y a Xizor). Fett podría tener abierta la herida de la muerte de su padre, y al margen de sus servicios de cazarrecompensas, podría tener una cruzada personal contra los jedi. Podríamos empezar con una presentación muy oscura de Boba Fett en Nar Shaddaa cazando a una de sus presas (un “vivo o muerto” que pida clemencia y que Fett lo mate despiadadamente). Fett encontraría la pista para encontrar a un caballero jedi exiliado, y le va a dar caza. Con una muestra de excepcional maña, consigue cazar al jedi. Antes de matarle, le exige pistas sobre Mace Windu (su verdadero objetivo), pero el jedi, que está fuera de sí, muere sin decirle nada. Sería necesario introducir un socio de Boba Fett, un personaje con el que formara un equipo y estuviera preocupado por su interés en los jedi. Dado el tiempo dedicado a su caza personal de jedis, ambos personajes tienen problemas de liquidez, así que Fett decide cobrar la cabeza del jedi al Imperio, a pesar de la desaprobación de su socio.

Tras una negativa inicial por parte de las autoridades imperiales, Fett es apresado y llevado a un lugar desconocido donde el Emperador y Vader aparecen ante él. Dadas sus aptitudes para matar a usuarios de la Fuerza, le piden ir en busca del líder de la organización Alba Escarlata, el que fuera en el pasado Darth Maul. En el UE, vemos que Palpatine es muy aficionado a encargar misiones especiales de ese tipo a todo tipo de sirvientes: tropas imperiales de élite, cazarrecompensas o a sus “Manos” (iniciados de la Fuerza cuyo entrenamiento limita). En este caso, usaría a Boba Fett para reprender a su aprendiz, Vader, por no haber conseguido encontrar él mismo al jedi que mató Fett. Si introdujeramos al Sol Negro, sabríamos que el Emperador y su líder (Xizor) tienen “intereses comerciales” comunes, por lo que éste sería un protegido del Imperio. Al ser de la competencia, Maul estaría molestando los intereses de Xizor, y por tanto, del Emperador. Sidious y Vader, prometerían falsamente pistas para encontrar a Mace Windu a Fett para que accediera a ir tras Maul. Fett se reúne con su socio y le cuenta las novedades, y este se niega a ayudarle en esa empresa, temeroso del Alba Escarlata, y se separan. Antes de marcharse su socio le dice que irá a Tatooine a trabajar para Jabba el Hutt. En medio de un conflicto armado entre bandas criminales, en el que viéramos lucir nuevamente a la nave de Boba (el Esclavo I), Fett se acabaría cruzando con Qi’ra y Maul. Tras un primer enfrentamiento con Maul, Fett sería derrotado.

Fett es rescatado en secreto por Vader. A cambio de hacerle pasar por muerto a ojos del Emperador, para que no tome represalias contra él por su fracaso, Vader le pide que trabaje como agente doble para él, y le dé toda la información posible sobre el Sol Negro (ya que Vader tiene un enfrentamiento personal directo con Xizor, y ambos planean eliminarse mutuamente). Además, Vader le pide a Fett, que ayude a Maul en su lucha contra el Sol Negro. Fett está dubitativo, por romper su acuerdo inicial del Emperador de acabar con Maul, y es entonces cuando Vader le revela que él mismo mató a Mace Windu, que está persiguiendo un fantasma y que el Emperador y los demás le están mintiendo. Esta revelación vinculará a Fett con Vader, al que siempre mantendrá un sentimiento de lealtad. El saber que el asesino de su padre está muerto, libera finalmente a Fett de su obsesión por los jedi, y le centra en su nuevo encargo. Se presentará nuevamente ante Maul como su sirviente y ayuda al Alba Escarlata a dar un golpe al Sol Negro para acceder a sus bases de datos. Se producirá una guerra sin cuartel entre criminales, y Fett conseguirá una memoria de datos con todos los planes y negocios del Sol Negro y se los entregará a Vader. Ante esta traición, Maul (que también odia profundamente a Vader), atacará con todo a Boba Fett, que escarmentado de la primera derrota, habría conseguido un plan de escape. El Alba Escarlata es aparentemente derrotada y Maul se esconde nuevamente en las sombras. Aún con el favor de Vader, Fett necesita buscar nuevamente trabajo, por lo que decide seguir a su antiguo socios y se pone en dirección a Tatooine para ofrecer sus servicios al cártel Hutt.

En una escena final de la película, veríamos al socio de Fett en medio del desierto, frente a una choza. En Tatooine, habría escuchado historias y rumores muy localizados sobre un hombre huraño que podría ser un antiguo caballero jedi, por lo que pensando en lo que Fett había cobrado por cazar a un jedi, fue en su busca, junto a un pequeño grupo de piratas como escolta. Obi-Wan tendría una aparición legendaria, acabando con aquellos que querían cazarle, matando al ex-socio de Boba Fett, pero en el último momento ,uno de los forajidos escapa en un moto-jet. El relato de este forajido acabará llegando a oídos de varios cazarrecompensas… Y de Maul…

Aquí acabaría la película de Fett y se crea todo el pretexto para una última película: Obi-Wan: Una Historia de Star Wars. En medio de lo que podría bautizarse como la “trilogía de Maul”, veríamos algún que otro cameo de Han y Chewbacca, o incluso de Lando.

Aquí, a continuación, es donde tendría sentido una película de Star Wars, porque Obi-Wan, al convertirse en un objetivo, tendrá que verse forzado a abandonar Tatooine para proteger a Luke. Y tendrá que llamar la atención en otro lugar para que Tatooine deje de ser el foco de atención. En esta película se ubicaría ese enfrentamiento final entre Obi-Wan y Maul, en el que el último moriría. Y permitiría hacer saber a Bail Organa y a otros que Obi-Wan sigue vivo y que podría ayudar a la Alianza Rebelde (aunque esto éste ya lo sabría en secreto, recordemos, desde el Episodio III cuando se reparten a los gemelos Skywalker). Con Maul muerto, y dando pistas falsas de su propia muerte, Obi-Wan volvería a Tatooine, para volver a centrar su atención en Luke.



Como digo, tendría sentido, si en la serie de Rebels no se hubieran adelantado a mostrarnos este final de Maul, mucho más precipitado y forzado. Sin el pretexto del enfrentamiento con Maul, no encuentro otra forma de resolver una película de Obi-Wan que ya lo tendría todo en contra para desarrollar una historia coherente y que tuviera un contexto lógico con el resto del canon actual.


A día de hoy, no se sabe cuál será el siguiente spin-off. Mi opinión es que Boba Fett tiene infinitas posibilidades y permitiría abrir otras historias, mientras que la capacidad de reacción para una hipotética historia de Kenobi que no fuera antes del Episodio I, es tan limitada que me sorprendería que consiguieran hacer algo decente. Mucho menos si tenemos en cuenta las pocas agallas que se han mostrado tener con “Han Solo”.


Esperemos que el futuro nos depare esperanza. A día de hoy la conservo, pero no sé lo que pasará después del Episodio IX. No prometo nada...

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