lunes, 28 de diciembre de 2009

LOVE or HATE?: Assassin's Creed II


"¿Los buenos? No te confundas, nosotros matamos personas. Sin parar a pensar en los motivos que nos mueven, el acto aislado de arrebatar una vida no está recogido en las listas de éxitos del civismo." - Shaun Hastings (Asesino)
Bueno, no clasifico como "Hate" esta entrada ya que no se puede criticar lo que alabas. Bueno, si eres objetivo, sí que se puede, pero en este caso no pretendo serlo, simplemente digamos que no he tenido oportunidad de alabar este juego con anterioridad.

Hablo de la saga Assassin's Creed. Con este juego estrené la Xbox, y estoy convencido de que fue la mejor elección para sorprenderse con la generación de 128 bits a 500 mhz. Los detalles de las ciudades cruzadas me dejaron, por decirlo campechanamente, "con el culo torcido".





Vamos a situarnos, porque realmente este juego cuenta con un guión cinematográfico en toda regla detrás de su cuidados gráficos, y la trama ha despertado en mi mucho mas interés que muchas películas.



Empezamos en un futuro no muy lejano (septiembre de 2012), con Desmond Miles, un tipo que se halla secuestrado por una organizacion que desconoce. Estos les explican que dentro de la cadena del ADN humano, se oculta una memoria genética que guarda los recuerdos de nuestros antepasados. Le someten a experimentar con una máquina (al estilo Matrix) llamada "Animus" que permite acceder a esa memoria genética, ya que Desmond es el descendiente de una estirpe de asesinos (algo que él desconocía) que guardaban un valioso secreto. Así es como a través de Desmond viajan a la Tierra Santa medieval para revivir los recuerdos de Altair, uno de sus antepasados.


Altair pertenece a una antigua orden de asesinos que tratan de mantener el orden, la paz y el libre albedrío en el mundo. Su credo agnóstico se basa en la disciplina y en la razón, con una pequeña veneración a las antiguas civilizaciones. Así en el siglo XII se instalaron en Tierra Santa para "seguir de cerca" el transcurso de las cruzadas. En contraposición surgen los templarios, que bajo la fachada de la orden militar cristiana del Temple, se esconde una organización mucho más antigua que conspirar para someter a la humanidad a sus intereses usando a las religiones y ocultando conspiraciones.

Jugando como Desmond, descubriremos que son los templarios quienes controlan la gran compañía que le tiene secuestrado y que en cuanto obtengan lo que quieren de su memoria, no dudaran en matarlo. La trama de Altair se va desarrollando mientras Desmond recibe mensajes secretos de los asesinos, que tambien siguen en activo, los cuales tratan de sacarle de su celda. Además descubre como Altair irá desvelando los maquiavelicos planes de los templarios para eliminar a Saladino y a Ricardo Corazón de León, y hacerse con el control de Tierra Santa.


En resumen, un culebrón de conspiraciones de proporciones épicas. Hace tiempo que la industria del videojuego busca conseguir productos que esten a caballo entre el cine y la consola. Al margen de desarrollar videojuegos promocionales para una película (como es el caso de El Señor de los Anillos o Harry Potter), que rara vez alcanza una calidad aceptable; hay desarrolladores que quieren contar sus propia historias, y de vez en cuando nos encontramos a auténticos cineastas ocultos tras los pixeles. La primera vez que me encontre un caso así fue con el juego Caballeros de la Antigua República, que mucho mas lejos de un juego más de la saga Star Wars, tenemos una historia genialmente narrada dentro de un RPG. Siempre he dicho que ya podrían haber dirigido la nueva trilogía las personas que llevaron a cabo este proyecto, porque es una historia exquisita con unos personajes digitales que le dan mil patadas en la boca a Hayden Christensen, alias "este vivo esta muy muerto" o "el estatuas". El caso es que incitaba a terminar el juego, no sólo porque disfrutaras jugando, si no porque querías ver que pasaba al final. Esto ya no son videojuegos, son otra cosa. El videojuego perfecto es The Legend of Zelda, y jugabas por el disfrute de jugar y de alcanzar tus objetivos (entretenimiento "videojueguil" puro y duro). Pero hoy en día hay otra cosa que aún no se ha catalogado. Assassin's Creed es una de esas cosas.


Y es que si nos ceñimos a la técnica del videojuego, encontramos problemas en el paraiso. Si bien la lucha con espada es de las mejores que he visto en un juego despues del Zelda, tenemos un juego de los que me gusta llamar de "piedra, papel o tijera", en el que prácticamente tenemos 6 tipos de misiones a cumplir repetidas hasta la saciedad en 3 ciudades diferentes. Sin embargo, a mi nunca me decepcionó, como sí que lo hizo con bastante gente (siempre hablando en términos generales). Y es que, por un lado esa "estaticidad" de las misiones se equilibra con esos combates a espada tan divertidos, los viajes en caballo por esas sendas medievales, en las que te puedes encontrar un campamento de bereberes, un pueblecito cristiano, o un fuerte de caballeros templarios. Por no hablar de que hay que hacer uso de todo lo aprendido para llevar a cabo una misión de asesinato. Mientras, jugando como Desmond, iremos obteniendo información para escapar de la compañia "Abstergo" (los nuevos templarios).


¿El desenlace? Emocionante a la vez que frustrante. Quedarte con la miel en los labios. ¿Y qué consiguen? Sacar otros 60 pavos con la segunda entrega. Bueno y después de esta parrafada, a esto es a lo que venía: Assassin's Creed II.




Se llevaba meses especulando sobre el nuevo Assassin's Creed. La obsesión de sus creadores ha sido solventar las críticas de la primera entrega. Y así habian prometido que ninguna misión sería igual a la anterior. Pues bien, mi primera impresión desmiente esa promesa. Vale, hay que reconocerlo, hay muchas novedades (dinero, armas, armaduras, tipos de misión, nuevo tipo de combate, nuevas formas de asesinar...). Pero estamos en las mismas, un mapa de una ciudad con un monton de puntitos a conseguir (atalayas, misiones de asesinato, misiones principales, robos, atrapar ladrones, hacer de correo, etc.), intuyo que va a ser mucho más largo y más cuidado que el primero, pero tampoco veo nada radicalmente nuevo.
Eso es lo negativo que quiero denunciar, que prometan algo que no cumplen. Porque yo estoy tan contento, me lo pasé pipa con el primero, y sigo pasándomelo pipa con el segundo.


La trama no puede empezar mejor, Desmond consigue fugarse del laboratorio en el que estaba retenido con una gran escena de acción para empezar. Ahora ya con los suyos (los asesinos), deberán adelantarse a la información que sacaron de su memoria con Altair (el fruto del edén, un artefacto al estilo del Arca de la Alianza). Ahora tiene que pasar a la memoria de Ezio (un tataranieto de Altair) que vive en la Florencia del Renacimiento. Y un nuevo misterio, la memoria de otro asesino intenta prevenir a Desmond de que los asesinos no son lo que parecen... Además de ir descubriendo que los grandes personajes de la historias estuvieron influenciados o eran miembros de los templarios o del credo de los asesinos. Desde el rey-dios Jerjes, hasta Gandhi.


Cuanto menos, es una curiosa visión del mundo. xD

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